BOLETIN OSAR
Año 5 – N° 11

 

Nuevos desafíos al fin del milenio
Repensando las Líneas Pastorales
V Encuentro de Teología Pastoral

Lic. Fr. Luis Scozzina ofm
Instituto Teológico Franciscano
San Antonio de Padua, Bs.As.

 

1. Los desafíos en Líneas Pastorales: el secularismo y la urgente necesidad de una «justicia demasiado largamente esperada» (Cap. I, LPNE)

Según Líneas Pastorales el secularismo incide en la negación de la trascendencia, en el sentido de la vida, que impiden la realización plena del hombre según la cosmovisión cristiana. Además, incide en la comprensión del patrimonio cultural y, por lo tanto, en la identidad cultural del ser argentino. En definitiva afecta el sentido personal y comunitario porque lo despoja del fundamento último de su ser ético.

«El segundo desafío, se refiere directamente a la convivencia responsable de los hombres entre sí, y se concentra en la urgente necesidad de una «justicia demasiado largamente esperada»

La justicia como derecho fundamental de las personas y comunidades es conculcada en una de las formas «más clamorosas es el problema de la pobreza», vista ésta como expresión de la «pérdida del sentido de justicia y del respeto hacia los demás».

2. Cambio de época: nuevo paradigma cultural

Una relectura de éstos desafíos implica necesariamente leerlos a la luz del nuevo paradigma cultural que involucra de un modo nuevo la experiencia cotidiana del creyente y, por lo tanto, de toda la acción evangelizadora.

El mundo actual se caracteriza cada vez más por la «diferenciación». Vivimos en un mundo pluralista y pluricéntrico. Crece la tendencia a formar pequeños mundos, autónomos y autoreferenciales, sin vínculos obligatorios con la religión y con la ética.

Aunque algunos «sistemas» se mundializan cada vez más –por ejemplo, el sistema de mercado– se advierte; no obstante, un proceso expansivo del pluralismo cultural. Asistimos a la fragmentación del universo cultural en una multitud de espacios vitales que algunos denominan, «nuevas tribus». Estamos ante una realidad diferenciada, multiforme y dotada de reglas propias. Los conocimientos son relativizados, refiriéndolos a los distintos campos específicos. Este camino lleva a relativizar también la religión.

Por otra parte, la pretensión de integrar a todos los hombres en un sistema mundializado desemboca en la paradoja de la exclusión de los pobres. Los hechos dan un rotundo mentís a la proclamada y deseada integración de todos, revelando la existencia de una feroz competición y agresividad que determinan la exclusión y el sacrificio de quienes no llegan a insertarse en su lógica. La exclusión de los pobres como muchas otras marginaciones terminan por ser incorporadas al sistema como su lógica y su razón de ser.

Este cambio de paradigma afecta la religiosidad de nuestro pueblo, es decir, lo esencial de la cultura de un pueblo que según nos recuerda el documento de Puebla «está constituido por la actitud con que un pueblo afirma o niega una vinculación religiosa con Dios» (DP 389). Este proceso está exigiendo un nuevo discernimiento de los valores y desvalores religiosos que se generan en dicha transformación.

3. La problemática de la secularización: explosión religiosa

El proceso de secularización, que va propagándose por el mundo, procura que el hombre actual se libere de lo que, hasta ahora, ha regulado la vida humana como las religiones, las tradiciones, los ritos, etc. Esto ha generado, a su vez, una explosión de lo religioso con una mezcla de elementos cristianos, neopaganos, orientales y esotéricos.

Siguiendo en el análisis a Galli, podemos decir que, «la religiosidad irracional de las sectas es la otra cara del racionalismo irreligioso del secularismo, que pretendió marginar a la religión de la vida social… Por la dialéctica de la ilustración, la modernidad incrédula generó su propio contrario en el fanatismo sectario y hoy se asiste al sincretismo entre la intelligentsia cínica y la credulidad mágica»1.

Estamos asistiendo a fines del milenio, a un nuevo resurgir de lo religioso, a nuevas búsquedas de espiritualidades que satisfagan el hambre y la sed de Dios.

4. Nueva espiritualidad: seguir a Cristo pobre en el rostro de los pobres

El desafío de la nueva evangelización estará en saber ofrecer una espiritualidad atractiva y sólida que responda a las inquietudes más profundas, que alimentando la sed interior de la humanidad, la movilice al mismo tiempo a una lucha decidida en favor de los postergados y cultive y promueva los valores de la solidaridad, de la justicia y de la comunión2.

Para ello sugiero algunos elementos característicos de dicha espiritualidad:

5. Algunos desafíos urgentes

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Notas:

1.- C. Galli, Religión y razón al fin de la modernidad en Revista Criterio 2175 (1996) 226 regresar

2.- Cf. V. Fernández, El misterio del pobre en la economía globalizada en Nuestro Padre misericordioso, Paulinas-Facultad de Teología, 1999, 143-174 regresar

3.- Cf. San Francisco de Asís en Testamento 1-3 regresar

4.- Cf. San Francisco de Asís en Regla no bulada 9,2 regresar