El modelo del Buen Pastor en el Cura Brochero
Mons. José Ángel Rovai[1]
Los Molinos (Córdoba), 2014
INTRODUCCIÓN[2]
En Primer lugar, nos dedicaremos a un momento eclesial que nos presenta la propuesta de hombres y mujeres que vivieron, asumiendo la iniciativa de Dios. Se trata de descubrir el por qué, la Iglesia desde los comienzos propuso a los mártires y a los santos como camino de crecimiento eclesial (recordemos lo que decía Tertuliano “la muerte de los mártires es semilla de cristianos….”).
En esta introducción a nuestro tema, presentamos una imagen esquemática de los aspectos claves de una eclesiología de comunión, que nos motivará en nuestra búsqueda de un MODELO DE PASTOR, para la formación integral de quienes se preparan para el ministerio.
PRIMERA PARTE.
MOMENTO ECLESIAL.
Vida eclesial en Lumen Gentium
1.- La Iglesia es un ORGANISMO VIVIENTE.
El origen FONTAL DE SU VIDA COMO ORGANISMO VIVIENTE.
a.- El contenido del misterio eclesial, lo encontramos en el cap. I de LG. El MISTERIO TRINITARIO.
b.- Es el don supremo que hace posible el origen y la permanencia de la Iglesia (es la Iglesia, anterior a la Iglesia como expresa Y. Congar).
Al ser la Iglesia un organismo viviente, el ESPIRITU ha dotado a la Iglesia de aquellos elementos que hacen posible la vivencia de la Iglesia y su misión evangelizadora de cara al mundo.
Por eso la Iglesia toda ella es un dinamismo permanente orientado a la evangelización que como dice EN. es su gozo y esperanza y su alegría (como lo expresa el Papa Francisco en su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, toda ella es un CANTO MARAVILLOSO A LA ACCIÓN EVNGELIZADOR DE LA IGLESIA particularmente en nuestra nueva época.
I.- Roles institucionales
El Señor ha dotado de realidades permanentes y dones que vienen del ESPÍRITU SANTO y que están constituidos por LAS MISIONES TRINITARIAS. Son expresados breve y esquemáticamente.
a.- LA PALABRA DE DIOS, en sus diferentes formas y que se contienen fontalmente en LAS ESCRITURAS Y EN LA TRADICIÓN APOSTÓLICA, asumidas e interpretadas por la Iglesia, particularmente a través DEL MINISTERIO APOSTÓLICO, con toda su riqueza y variedad y por el sentido de la fe de la Iglesia en todo el pueblo de Dios. (Ver en DV-VD).
b.- Este misterio se expresa HISTÓRICAMENTE en el cap. II de LG. La Iglesia como Pueblo de Dios. (Sacerdocio ministerial, sacerdocio común.)
c.- LOS SACRAMENTOS, en el centro está LA EUCARISTÍA, son acciones de Cristo y de la Iglesia que configuran la existencia eclesial, ella misma es SACRAMENTO UNIVERSAL DE SALVACIÓN (L.G.) El ministerio apostólico en el cap. III y los laicos en el cap. IV. Son realidades constitutivas de la Iglesia y son dones con los cuales el Señor ha dotado a la Iglesia para que se mantenga su vida, crezca y se expanda en su evangelización al mundo.
d.- LA LEY, como aquello que orienta, ilumina el camino eclesial en la comunión eclesial. Recordemos que la LEY DEL NUEVO TESTAMENTO ES EL ESPÍRITU SANTO.
Estos elementos, como dice Congar, “son la Iglesia anterior a la Iglesia” y que nos expresan que la Iglesia es sobre todo UN DON DE DIOS (ver en LG n. 2 agregando el 3 y el 4, donde aparece el misterio de las MISIONES TRINITARIAS, y colocan a la Iglesia en el PROYECTO SALVADOR DE DIOS (como lo expresa LG n. 9).
La Iglesia crece, se mantiene y se expande por su misión evangelizadora hacia adentro y hacia afuera. (LG y GS).
Pero no es esta realidad solamente la que alimenta a la Iglesia. Ella, como comunidad vive encarnada en medio del mundo y de la sociedad, y como tal ESTA LLAMADA A SER SIGNO DE JESÚS, como lo expresa el nombre de la Constitución LG.
Esta comunidad eclesial, tiene una vida que se origina-crece-se mantiene y se expande por la misión, pero no solamente por los elementos institucionales.
Ella, dotada de muchos carismas del Espíritu, tiende a manifestarse y hacerse creíble en el mundo, para suscitar LA FE, LA ESPERANZA Y LA CARIDAD, realidades que le dan fuerza y vitalidad misionera, que hace descubrir que el EVANGELIO ES UNA BUENA Y ALEGRE NOTICIA QUE PROPONE AL HOMBRE UNA AUTÉNTICA FELICIDAD, con el criterio de la vivencia de las BIENAVENTURANZAS EVANGÉLICAS que nos hacen contemplar a la Iglesia, en el horizonte del REINO DE DIOS y a su servicio (ver LG 5). Ella es como el “germen” de ese Reino.
II.- Roles MODÉLICOS.
Son precisamente aquellos que surgen de la vivencia de los roles institucionales de la Iglesia.
Son carismas y gracias que hacen posible la vivencia de lo que nos brindan precisamente esos dones.
Se realizan cuando la comunidad y sus miembros, vivencian los dones recibidos:
-Los que proponen la PALABRA.
-Los que nos brindan los SACRAMENTOS.
-Los que nos dan LA LEY (caridad como alma creada de la Iglesia, el Espíritu Santo es el alma increada de la Iglesia).
-La Iglesia ha visto siempre heroicamente vividos estos dones en el MÁRTIR y en el SANTO.
Por eso decimos que el cristianismo es UN ESTILO DE VIDA, realizado POR LA FE PROFESADA, POR LA FE CELEBRADA, POR LA FE VIVIDA, y POR LA FE ORADA. (La constitución LG lo expresa EN LA VOCACIÓN UNIVERSAL A LA SANTIDAD del cap. V y aquella que es el ICONO de la Iglesia, La Virgen María en el cap. VIII, algo viene expresado en el cap. VI sobre la vida religiosa).
En este sentido decimos que toda la Iglesia es MINISTERIAL Y CARISMÁTICA. Por eso lo ideal es que todos los roles eclesiales sean expresados por una auténtica y plena santidad, para que toda la comunidad eclesial SEA LO MÁS CREIBLE POSIBLE. Es lo que decía a los sacerdotes en una ocasión el Beato Juan Pablo II: “no es lo mismo la celebración de los sacramentos por parte de un sacerdote que no vive la santidad, de aquel que la vive…”
Por eso no basta en la Iglesia el “ex opere operato” de su dimensión sacramental, que la vivencia de quien ejerce su ministerio dejándose interpelar y procurando vivenciar lo que está realizando. Recordemos aquello de que es indispensable creer a fondo lo que se enseña, vivir lo que se cree y proponer lo que se cree y se vive.
Por eso el MINISTERIO SACERDOTAL en la Iglesia, no es una profesión que se ejerce en determinados tiempos, sino que es un estilo que COMPROMETE LA VIDA TODA de quién asume el ministerio apostólico. Es la coherencia permanente entre fe y vida.
Cuando la comunidad eclesial y cada uno de los ministerios-servicios-carismas son vivenciados por los que los poseen HACEN CRECER LA VIDA POR ATRACCIÓN, como el bien, atraen y se los busca imitar. ES EL MISTERIO DE LA EJEMPLARIDAD, tan necesaria para todo ser humano. Se necesitan AUTÉNTICOS MODELOS EN LA IGLESIA.
Esto justifica que en estos días contemplemos la vida de un hombre que hizo DEL MINISTERIO SACERDOTAL LA RAZÓN DE SU VIDA. Los testigos unánimemente dicen de Brochero que siempre encontraban en él al HOMBRE DE DIOS, toda su vida, desde que decidió ser sacerdote como el mismo lo expresa, sabía que esto era para hombres superiores, él se sentía muy pequeño e indigno, razón que lo llevó a rechazar el episcopado que se le proponía, y lo que le dice en una carta a su amigo y Obispo de Santiago del Estero J Yáñiz : a vos Dios te ha cargado con el peso de la mitra y debo decirlo, porque eres más inteligente que yo y sobretodo más virtuoso que yo… Es admirable la humildad de Brochero que se desarrolla a lo largo de su vida.
Nunca se sintió merecedor del ministerio que recibió, siempre vio que era algo inmerecido y lo vivió con profunda humildad.
Por eso crecemos eclesialmente y cada uno de nosotros cuando contemplamos a los santos y sentimos deseo de serlo. Agustín alentaba siempre a que tuviéramos deseos de la santidad, porque esto era ya en algún sentido un camino a serlo.
Por eso la Iglesia nos propone la vocación a la santidad, como la meta de todos los ministerios, carismas y servicios de la Iglesia.
La Iglesia nos propone a los santos, para admirarlos, e imitarlos y que la búsqueda permanente de nuestra vida, debe ser la santidad. Ser discípulos misioneros de Cristo es adherirnos de tal manera a su persona que procuremos identificarnos con Él. Como lo decía Pablo y ojalá podamos decirlo al menos algún día nosotros “no soy yo quien vivo, es Cristo el que vive en mi…”.
Los santos son lo mejor que tiene la Iglesia y significan el triunfo del Evangelio y la posibilidad de encontrar la felicidad plena y total, en la VIVENCIA DE LOS CRITERIOS DEL REINO DE DIOS.
La originalidad del cristianismo se fundamenta en las exigencias evangélicas a punto tal que el EVANGELIO es criterio de vida como expresaba el siervo de Dios Pablo VI en EN. Es desde aquí que la Iglesia tiene una dimensión PROFÉTICA fundamental y aparece frente al mundo como una “sociedad de contraste” (G. Lofhink) (en su excelente libro “La Iglesia que Jesús quería”).
Y allí tiene con frecuencia sentido el martirio por causa del Evangelio, y las virtudes heroicas de los santos. La Santidad cristiana será siempre un estilo heroico de vida como aparece en José Gabriel del Rosario Brochero. La vocación a la santidad es la vocación universal del cristiano. La Iglesia crece en su vida modélicamente cuando imita a los santos que son la expresión más perfecta de la eclesialidad. En este sentido decía Pablo VI “que el mundo de hoy necesita más testigos que maestros y si escucha a los maestros es porque estos son testigos”. San Buenaventura cuando se pregunta por el objetivo del estudio y la reflexión teológica respondía con toda claridad, la búsqueda de la santidad.
Lo expresa en su primera carta San Juan, lo que hemos visto, lo que hemos oído, lo que nuestras manos tocaron referentes al Verbo de la Vida, eso le venimos a comunicar….
Somos, los creyentes, en primer lugar TESTIGOS de Cristo que es Camino Verdad y Vida y que el Evangelio nos ha fascinado, que es una BUENA NOTICIA QUE NOS TRAE LA FELICIDAD….
Y esto no es fruto de un VOLUNTARISMO sino de un DON que hemos recibido gratuitamente, sin merecerlo. Brochero siempre atribuía a Dios y a su PURÍSIMA, los frutos de sus obras y cuando expresaban admiración por lo que hacía. “qué es lo que miran, estoy cumpliendo con mi deber esos es todo…”repetía siempre con gran humildad.
Es lo que más necesita la Iglesia en estos tiempos en que reina un estilo de vida secularista, pero como expresaba el Papa Benedicto “muchos hoy buscan a Dios sin saberlo, el mundo necesita de Dios…”. Decía ese sabio sucesor de Pedro que ha iluminado tanto a la Iglesia, incluso con su gesto de renuncia, manifestó allí su plena confianza en que el ESPIRITU SANTO es el que guía a la Iglesia y sintió él mismo, la relatividad de su ministerio ejercido por él. Sabía que el Señor proveería al gobierno de la Iglesia, y es lo que por el amor de Dios ha sucedido con el don que nos hizo del Papa Francisco que en su Exhortación apostólica, programa de su pontificado, nos invita a una coherencia de vida y fe a todos los miembros de la Iglesia, que es el camino más seguro para la eficacia de su misión evangelizadora.
Ojalá que estos días contemplando la vida de Brochero, nos entusiasmemos para transmitirla a nuestros seminaristas, no nos cansemos de apostar a una vida INTEGRALMENTE EVANGÉLICA.
El Papa Francisco expresa el deseo que tiene de vivir plenamente su ministerio petrino, pidiendo como lo hacía cuando era Arzobispo de Buenos Aires “Recen por mí” soy pecador pero acepto el ministerio petrino… Atendamos sus enseñanzas y contemplemos sus gestos….
Todo esto a modo de introducción puede ayudarnos, a contemplar el misterio Pascual que vivió en plenitud José Gabriel del Rosario Brochero.
Después de esta introducción procuraremos proponer los núcleos fundamentales del perfil del cura Brochero como BUEN PASTOR.
SEGUNDA PARTE.
BROCHERO, MODELO DEL BUEN PASTOR
Las virtudes y los consejos evangélicos
- El alma del pastor visto desde una perspectiva teologal.
Es el aspecto fundante de toda vida cristiana y sacerdotal en cualquiera de los carismas que el Espíritu ha dado a la Iglesia de Cristo.
Es el elemento constitutivo y fundante que trae una profunda experiencia del Dios Trinitario que se nos ha entregado en Jesucristo. Este atraviesa transversalmente todas las otras dimensiones de la formación, afectando de manera particular la formación espiritual, pero que debe asumir, la humana-intelectual y pastoral. En la breve introducción que hemos hecho al principio hemos visto como para Brochero, ser sacerdote ministerial y el ejercicio de esa función, fue la razón fundamental y plena de su vida.
Se trata de entrar en el mundo de la gratuidad y de la gracia, lo que denominamos el mundo sobrenatural. Es el plus que nos brinda el ministerio apostólico, que ha adquirido en la Iglesia católica, el estilo de un modo de existencia.
El sacerdocio ministerial, no es una profesión que se ejerce en algunos momentos de la existencia, sino algo que abarca toda la vida, el que se prepara al sacerdocio ministerial emprende un camino existencial, que asume la vida toda del formando con todas sus dimensiones antropológicas, se es y se vive como sacerdote en todos los momentos de la vida. Se trata de una dedicación exclusiva al ministerio apostólico, como sucedió con los Apóstoles a quienes el Señor eligió y destino para que participaran del pastoreo ministerial.
Brochero esto lo tuvo muy claro particularmente cuando asume la vocación sacerdotal entregándose totalmente a ella.
Es el gran desafío de todo formador para el sacerdocio, inculcar y preparar a un modo de vida específico, en el cual quien lo asume debe encontrar la plenitud de su felicidad. Fuimos hechos para ser felices, con las características de las bienaventuranzas del Reino.
Para proponer estos núcleos seguimos lo expuesto en la positio, teniendo en cuenta otros escritos que nos orientan en esta dirección, particularmente la tesis Doctoral del RP Mario Llanos SDB, que nos ofrece elementos valiosos para nuestra reflexión, pero seguimos la estructura de la positio.
- La existencia humana y sacerdotal vivida desde la fe
La existencia humana vivida desde Dios, las virtudes teologales que nos hacen posible participar de la vida misma de la Trinidad, a través de la mediación cristológica, propuesta por la Iglesia. No desarrollaremos una teología completa de las virtudes, sino que nos limitaremos a tocar aquellos aspectos que encontramos en la vida del cura Brochero.
Recordamos, que no tenemos escritos sobre estas virtudes de manera explícita en su vida, poseemos algunos sermones, muchas cartas a diferentes personas, y testimonios objetivos que nos brindan una visión histórica suficiente de lo que fue la vida del pastor de Traslasierra.
La fe como participación de la mirada que Dios tiene sobre sí mismo, nosotros y el mundo. Es el espíritu de fe que atraviesa toda la existencia humana de quien la asume integralmente y se entrega ella con toda su existencia. Junto con la esperanza y la caridad (que en la Biblia son complementarias y a la manera de un organismo sobrenatural, nos posibilitan una auténtica visión integral de la vida. (Citamos a modo de ejemplo todo el capítulo 11 y 12 de la carta a los Hebreos).
Mediante la fe, entramos en una visión más profunda de la realidad, que nos abre a un misterio inefable que supera la simple lógica humana, y esta experiencia cuando es auténtica va coloreando nuestra inteligencia-voluntad-sensibilidad y libertad. Somos impregnados del misterio de la vida de Dios que participamos desde el Bautismo y toda nuestra vida Eclesial.
Es una puerta que se nos abre y una luz que se nos comunica, como lo expresan el Papa Benedicto y Francisco en sus exhortaciones apostólicas. Tiende a crear en nosotros, cuando la experiencia es auténtica y obra de la gracia, una manera diferente de vivir, por eso decíamos en la introducción, que la eclesialidad abarca un momento institucional y otro modélico.
- Cuando la fe es vivida con esta intensidad, nos habilita a descubrir EL SIGNO DE LOS TIEMPOS, de los que nos ha hablado el Concilio Vaticano II. Es mirar la historia con los ojos de Dios advirtiendo en ella el paso del ESPIRITU.
Para un Pastor en el sentido que nos expresa Juan 10 y los documentos magisteriales para la formación sacerdotal, esto es un elemento indispensable. El Pastor tiene que encarnarse en una situación histórica concreta, en una cultura determinada. El principio encarnacionista es indispensable para que el evangelio llegue a ser criterio de vida concreto para los evangelizados, como lo expresa Pablo VI en E. N.
En la vida de Brochero esto se advierte en una cierta llamemos mezcla entre naturaleza y gracia. Es en su vida concreta en donde encontramos su fe.
- La fe de esta forma, supone que es profesada-celebrada-vivida y orada. Se trata de una vivencia de la fe que abarca toda la vida del creyente (coherencia entre fe y vida).
Todo esto supone en el proceso formativo, con su gradualidad, en una realidad nunca acabada, hacer que nuestros formandos sean hombre de fe, es todo un desafío. La formación debe tocar con una profunda experiencia religiosa, el corazón de los seminaristas. Sin esta base, la formación termina siendo algo “meramente cosmético”.
Brochero, modelo de pastor que vive de la fe
(Aspectos señalados en la positio sobre la fe de Brochero)
- Hombre de fe profunda.
Desde joven experimenta el deseo de ser sacerdote, como lo dicen testigos, su párroco era un sacerdote ejemplar. Es importante la vida nuestra vivida desde la EJEMPLARIDAD, es lo que vimos en la introducción sobre los modelos, que atraen la vivencia de un determinado carisma en la Iglesia. (Sería bueno conversar bien entre nosotros esta problemática sobre la credibilidad de nuestra vida sacerdotal. El Papa Francisco está insistiendo bastante sobre todo esto).
Realiza un buen discernimiento y toma una decisión que comprometerá toda su vida como él mismo lo expresa según testimonios. Vive una profunda experiencia cristiana del llamado y lo asume plenamente. (No se trata de una modalidad de experiencia mística en el sentido clásico que se expresaba en la Iglesia. Art. Del P. Carlos Ponza, sobre el lenguaje místico la experiencia mística y la vivencia mística en el sentido paulino del término, es importante tener bien claro todo esto para el que es formador de los seminaristas evitando confusiones que pueden resultar negativas).
En su vida sacerdotal, tiene mucha importancia la experiencia de la Palabra de Dios leída permanentemente y que alimenta su vida pastoral de manera muy intensa como lo veremos más adelante. Es un auténtico discípulo de la Palabra.
Aún enfermos se hacía leer diariamente la Palabra de Dios.
Preparaba con seriedad sus homilías, recurriendo siempre al estilo narrado en los evangelios sobre Jesús y su misión. Es predicador asiduo y numerosos testigos decían que lo hacía diariamente y siempre que había fieles en su celebración.
Se adaptaba al lenguaje de su gente, conociendo profundamente su cultura, usaba el lenguaje común de sus feligreses. (En este sentido se presentaron algunas dificultades respecto a su lenguaje que fueron suficientemente aclarados incluso a través de estudios realizados sobre él mismo. (Podemos ver en el libro sobre sus homilías y escritos editado por la CEA).
Afirmamos con toda verdad que se trató de “de una auténtica inculturación del Evangelio en la cultura de su tiempo”.
Procuraba iluminar con la Palabra la vida de sus fieles. Tuvo una oratoria absolutamente original que dio origen a muchas anécdotas que a veces desvirtuaron la profundidad de su propuesta evangélica. Estudios realizados para la positio pusieron claridad en todas estas situaciones. Usaba las alegorías y las fábulas orientadas siempre a expresar una enseñanza.
Impactaba la coherencia entre lo que predicaba y vivía. Se trata de un maestro que era simultáneamente un testigo.
- El contenido de la predicación de Brochero.
Expresaba el amor de Dios escrito en la Creación. Hecha con un gran espíritu de fe.
En todo aparece LA CENTRALIDAD DE JESUCRISTO.
Jesucristo es el sello perfecto y pleno del amor de Dios. Habla de la persona-exigencias- y dones de Jesús.
El Dios humanado, habla sobre la humanidad de Jesucristo y su sentido. Comprender y sentir como el hombre, el nos da la felicidad. Habla del dolor-abandono-pasión de Jesucristo pero resalta con claridad el hecho de su resurrección.
Tiene un amor tierno y profundo por la EUCARISTÍA. Es un milagro de amor y prodigio de amor.
Coloca al hombre bajo la bandera de Jesucristo contra Lucifer, el tiene un influjo negativo en nuestro camino hacia el bien. Se sentía un instrumento en las manos de Dios (es notable en Brochero la conciencia de su pura instrumentalidad, todo era obra de Jesucristo y María).
Mediante su predicación hace presente el Reino de Dios y su gloria.
- Los ejercicios espirituales.
Aquí está probablemente expresada la profundidad de su fe, su metodología pastoral más original y constituye la columna vertebral de toda su vida ministerial. Es muy importante considerar esta dimensión de su vida, la modalidad que emplea para llevar a la gente a los ejercicios y la metodología y el trabajo que utiliza en esta dirección (en la tesis del P. Mario Llanos viene minuciosamente determinado todo esto en la dimensión de la martiría como lo considera la pastoral contemporánea).
Es la espiritualidad ignaciana, adaptada ciertamente a la cultura de su pueblo. Insiste en el poder sanante y elevante de la gracia. Los ejercicios son como un estilo de la predicación parenética Brocheriana. Para él “escuela de todas las virtudes y muerte de los vicios. Asiduidad en la recepción de los sacramentos. (Todo esto el P. Mario lo propone en la pastoral de la liturgia).
Producen según numerosos testimonios, una profunda reforma en la vida de los fieles.
Dicto tandas de ejercicios para los presos de la penitenciaria con buen fruto..
- Catequista.
Brochero estaba convencido que la fe debe ser formada y crecer mediante la enseñanza. Defiende la fe católica contra los liberales de su tiempo.
Formaba catequistas bautizadores (recordemos que en varios lugares en los pueblitos, se preparaba a laicos que administraban el bautismo).
Enseña la adhesión al Papa y la obediencia adulta a los Obispos.
- Hombre de oración.
Su fe se percibe en la asiduidad diaria a la oración. Asume profundamente la fe de la Iglesia, que cree-celebra-vive. Durante su viaje y cabalgatas se entregaba a la oración silenciosa y continua. (Llevaba siempre el evangelio, lo meditaba y después predicaba, hay numerosos testigos que expresaban esta realidad).
La vida apostólica era testimonio de su oración. Rezaba la liturgia de las horas.
La Misa era el centro de su vida (en sus largos viajes llevaba siempre todo para la celebración de la Eucaristía).
Ya ciego celebrará la misa votiva de la Virgen.
Tenía un amor tierno y profundo por la Madre de Dios.
- Firmeza y purificación de su fe en medio de las pruebas.
La veía como realidades de la Providencia, tenía una fe profunda en los acontecimientos de su ministerio sacerdotal.
Aparece con fuerza cuando asume su enfermedad de lepra.
Es importante el misterio del dolor en su vida que aparece en diferentes formas, incomprensiones-calumnias-injusticias sobre su persona. Procuraba identificarse con Cristo y su Pasión (nos parece importante ahondar juntos en lo que significa el dolor y el fracaso en la vida sacerdotal que hoy quiebra la vida de varios sacerdotes, atendiendo particularmente esta nueva cultura que vivimos y la fragilidad que las nuevas generaciones tienen frente a toda esta problemática, por experiencia personal creo que juntos debemos abordar estas cuestiones).
Las mismas condiciones de su Parroquia, el modo como llegó a ella y la encontró, la soledad de todo acompañamiento cuando asume como párroco la falta de los aplausos y las fiestas que no tuvo cuando llegó a su parroquia, donde nadie lo recibió, el encarar en soledad muchas iniciativas, etc. No fue para nada fácil la vida del Cura Brochero, como el mismo lo deja ver en sus cartas que escribía particularmente a sus amigos. En esto tenemos mucho que pensar, al menos así lo creo yo por experiencia vivida en mis largos años de sacerdote.
Podríamos sintetizar diciendo, que en toda la vida de Brochero, en las buenas y en las malas fue un hombre de una intensa fe, que se afianzó en su vida familiar, en el Seminario, en su trabajo apostólico, en momentos difíciles de nuestra patria, con la misma gente que le tocó actuar. Se descubre en él UNA PROFUNDA FE EXISTENCIAL que es bueno realizar, en la positio encontramos testimonios admirables sobre todo esto.
La fe Brocheriana inspiró toda su vida apostólica y la hizo fecunda, con la fecundidad del Reino de Dios. Recordemos que el cristianismo nos trae con la Buena Noticia del Evangelio, una profunda felicidad que colma el corazón del hombre. (Es el tono de esperanza de fe y de amor que aparece a lo largo de toda la carta apostólica del Papa Francisco Evangelii Gaudium y que es además un canto a la gloria y a la alegría de evangelizar que aparece con más fuerza en el último capítulo de la carta EVANGELIZADORES CON ESPÍRITU. Es muy importante que toda la Iglesia se ponga en marcha siguiendo la carta programática del Papa.
- LA EXISTENCIA CRISTIANA Y SACERDOTAL VIVIDA DESDE LA ESPERANZA
- Podemos encontrarla entre otros textos, en la carta a los Hebreos 10,23; Tito 3,6-7 Rom 4 etc.
- Aparece unida a la fe (veamos Spes Salvi del Papa Benedicto) está apoyada en la fuerza de Dios que ha resucitado a Jesús
Es una virtud característica de la Iglesia peregrina y que nos impulsa siempre a buscar el bien con la conciencia que es posible alcanzarlo con la ayuda de Dios. Es una virtud claramente teologal, no es el optimismo humano, sebe que la existencia no es fácil pero se apoya en la presencia siempre amorosa y cercan de Dios. Sin ella es imposible emprender toda obra para la construcción del Reino de Dios. En la carta citada del Papa aparece constantemente esta actitud básica.
- Es la virtud de lo “arduo” de la vida cristiana en el mundo. Ella produce siempre en nosotros una cierta “metamorfosis” en la lucha entre el bien y el mal. Recordemos que en el mundo y en la Iglesia, existen el trigo y la cizaña y el concilio decía que “Ecclesia semper reformanda est” y en la introducción eclesial vemos insinuada el caminar de la Iglesia hacia el encuentro con Dios hoy realizado siempre “a través de mediaciones históricas” no siempre transparentes como lo vemos hoy en nuestra Iglesia y las reformas que emprenderá el Papa actual sobre varias realidades que afectan a la Iglesia.
En la renuncia del Papa Benedicto aparece con claridad la conciencia de que el Espíritu es el que dirige a la Iglesia y la relatividad incluso del mismo ministerio petrino en cuanto ejercido por un persona determina, el retiro que la Iglesia nos pide a los obispos, es una realidad que se apoya en esta esperanza, la Iglesia la guía El Espíritu Santo y es quien realiza la fecundidad de su obra.
- La confianza como actitud de abandono total en Dios.
Es a lo que nos conduce la esperanza asumida y vivida. Colocamos todo en la Providencia confiando en que la obra la hace siempre en primer lugar Dios con mi colaboración. Encarar la vida sin la presunción y un mero optimismo humano, sabiendo siempre que todo es de Dios pero simultáneamente y por eso mismo, todo es nuestro. La virtud auténtica de la esperanza cristiano no nos conduce a una actitud perezosa sino que nos exige poner todo nuestro empeño movido por esa fuerza que Dios nos regala y que se expresa en esta virtud.
Brochero, hombre de esperanza
- Tiene una completa certeza de la Providencia Divina. La inmensa obra que realizó como expresan los testigos, no podría haberla realizado sin esa fuerza divina que lo impulsaba. Esto lo llevó a enfrentar diferentes dificultades y empeñarse con todas sus capacidades.
Confiaba plenamente en el auxilio de Dios, incluso en situaciones complicadas y en la que se necesitaba buscar todos los caminos posibles para realizar sus obras. Toda su labor apostólica se apoyaba en esa certeza divina. Estaba convencido que Dios lo acompañaba en todas sus obras y que la fecundidad, venía de esa presencia de Dios.
Ponía todo lo que estaba su alcance, y al mismo tiempo todo lo colocaba en las manos de Dios. Hace recordar a San Agustín que solía decir “tienes que trabajar como si todo dependiera de ti pero sabiendo en el fondo de tu corazón que todo viene de Dios”. Algunos testigos decían que era un hombre cultivado en el esfuerzo, tenía muchos hermanos, y su familia tenía que empeñarse en el trabajo para subsistir. Se advierte una madurez humana bien arraigada en su naturaleza, acostumbrado a una vida austera y laboriosa, la puso al servicio de su ministerio pastoral. Vivía su ministerio con alegría y optimismo.
- Confiado plenamente en las manos del Padre.
Trabaja él mismo en sus obras y se hacía compañía con numerosas personas a las que su ejemplo animaba a proseguir en las obras. Es impresionante como se notaba esto en la manera de invitar a su gente a los ejercicios espirituales, procuraba solucionarle todos los problemas (económicos, de trabajo, el cuidado de los niños especialmente con familias numerosas e insistía con toda paciencia para convencerlos de que asistieran a los ejercicios. Lo mismo en la construcción de las capillas, en la construcción de la escuela de niñas, en su educación, en la manera de educarlos en la fe, partiendo siempre de la situación real de las personas, sin forzarlas, pero siempre insistiendo con mucha paciencia). Aparece constantemente una personalidad humana madura, donde todos los aspectos estaban integrados y unificados y todo contribuía a la realización de su tarea pastoral, que incluía además todos los aspectos promocionales que necesita para madurar una persona humana). Sobre esto nos parece que es indispensable que conversemos y que toca profundamente a la maduración humana de los seminaristas como ya se viene haciendo pero que es interesante seguir profundizándolo.
Uno descubre en Brochero, como la práctica de las virtudes cristianas, tocaron también su
crecimiento humano. Es un exponente de que el cristianismo, lejos de ser una alienación, constituye una auténtica madurez de toda la personalidad humana en todas sus dimensiones por eso impactaba no solo en los creyentes, sino en muchas personas que llevaban un estilo liberal del catolicismo, o no eran practicantes. Es interesante leer atentamente lo que decían los periódicos de la época. Brochero realizaba siempre una profunda simbiosis entre la naturaleza y la gracia y nos ayuda a descubrir lo que expresaba Santo Tomás, la gracia supone la naturaleza y la profundiza en su mismo orden.
Esta confianza brilla de manera particular cuando comienza a acercarse a su muerte. Los testimonios relatan que se preparó a él con una gran paz y serenidad, consolando incluso a aquellos que se lamentaban de su enfermedad. Es allí donde uno advierte como enfrenta su fin con una profunda actitud teologal. Tiene una profunda conciencia de lo escatológico y como esta dimensión influye en la vida presente del creyente. (Su carta póstuma a su compañero Obispo de Santiago del Estero).
Tiene una profunda certeza de la vida eterna y se entrega a ella con toda confianza, especialmente cuando recibe los últimos sacramentos.
En esos momentos se hacía leer el evangelio, que lo tranquilizaba y lo dejaba en una paz fecunda. De esta forma con paso sereno se dirige hacia la vida eterna.
Aquí aparece en toda su grandeza, lo que este hombre había vivido teologalmente a lo largo de toda su tarea ministerial. La muerte es como el final de una vida fecunda entregada plenamente a Cristo, sin apegos ni temores de ninguna clase, sufriendo intensamente el mal que tenía de la enfermedad y que hacia el final ya no podía valerse de sus propias fuerzas, tenían como decía él hasta ayudarlo a vestirse, es la dependencia dolorosa siempre de ver sus fuerzas limitadas, especialmente en la vida de un hombre incansable en su tarea apostólica, y durante la cual no dejó de entregar todas sus fuerzas, como se ve en las obras que realizó y en las leguas que andaba en su mula malacara, y en la atención de los enfermos en lo que a veces arriesgaba su vida como aconteció en la atención a los leprosos.
La virtud de la esperanza, don de Dios, se convierte en el ejercicio de su libertad que la asumió plenamente, en una fuerza intensa que lo llevo a vivenciar todas las exigencias del ministerio, asumiendo siempre sus limitaciones y debilidades. Como expresó cuando se decidió por asumir el camino sacerdotal, me di cuenta dijo, que constituiría un gran trabajo. En los testimonios de algunos amigos políticos, como fueron Juárez Celman y Cárcano, lo expresaban con toda claridad en sus escritos. El veía el sacerdocio como un estado de vida para seres superiores, pero supo asumirlo con notable fecundidad, como lo comprobamos en sus obras realizadas, tanto materiales cuanto espirituales.
- VIDA SACERDOTAL ASUMIDA DESDE LA VIVENCIA DE LA CARIDAD.
- Es la existencia cristiana-sacerdotal, vivida desde el amor: 1ª Cor 13; toda la primera carta de San Juan; etcétera.).-
- Constituye la forma plena de toda vida cristiana y de las virtudes. Sabemos cómo se ha trabajado en la Iglesia, de manera más intensa después del Concilio en el tema de la caridad Pastoral, que es lo que le da la especificidad a la vida del pastor. El Sacerdote debe dejarse amar y al mismo tiempo amar. Aparece en el texto profundo del discurso a Mileto en el libro de los Hechos en el cap. 20, en la actividad desplegada por Jesús en las cartas pastorales y en la vivencia en la tradición patrística. El Pastor aparece siempre como una actitud de servicio, que en primer lugar se presta al Señor y desde esa se comunica a los hermanos.
Se trata de un servicio humilde a los hombres.
La humildad es la actitud típica del pastor, humildad que es una actitud social- personal y sobretodo teologal. Es una participación de la caridad de Cristo, es algo central en la vida del Pastor, se fundamenta en la ordenación, la Eucaristía es la base constante de su vivencia.
En ella se ejerce la abnegación, la esperanza, la actitud consoladora y alentadora, nos hace crecer y buscar caminos nuevos evangelizadores. Tiene sus preferencias, que son los pobres, los débiles, los enfermos, los sufrientes, los excluidos, etc. Crea en el que la posee y la asume plenamente una actitud intensamente misionera. PDV hace una descripción muy profunda de la caridad pastoral. Es la fuente de la espiritualidad del pastor, colorea toda su vida y las otras virtudes, lo hace un hombre de Dios, un testigo alegre e intenso de Cristo. Lo lleva a entregar y gastar toda su vida. El Papa Francisco es un testimonio para toda la Iglesia de la vivencia de esta virtud, con su palabra y con sus gestos. Lo vemos en sus discursos al CELAM a los Obispos del Brasil, en su exhortación apostólica ya citada. Se nos ofrece en el capítulo 10 de S. Juan.
Nos orienta a considerar y tener en cuenta todas las necesidades de los destinatarios de nuestra vida apostólica, sean las materiales y las espirituales.
Hoy se habla desde esta dimensión, que está siempre animada de la fe y de la esperanza, que la evangelización tiene que ser INTEGRAL y dirigirse a toda la persona con sus diferentes dimensiones.
En esta dirección no podemos ser espiritualistas ni materialistas, tiene que haber opciones de fondo en la persona de todo pastor apostólico. (En esto aparecen interesantes sugerencias en la tesis del P. Mario Llanos en su segunda parte, donde describe minuciosamente lo que es la caridad pastoral y su vivencia en Brochero).
- El amor es el que posibilita y da su calidad a toda vida cristiana sacerdotal.
Es importante formar a los seminaristas en la capacidad de amar. Quizás aquí es donde aparecen los desafíos más importantes. El Papa le pedía a las religiosas que no fueran solteronas y por supuesto esto afecta a nosotros los sacerdotes. El celibato vivido en su dimensión teologal, potencia y hace más fecunda la actividad apostólica. Siempre que sea vivido desde la fe-esperanza y caridad, como veremos más adelante.
No se puede ejercer el ministerio apostólico, sin una intensa caridad pastoral que impulsa a asumir la misión con alegría y con gozo.
Solo el sacerdote que la vive de esta manera, se convierte en un testigo auténtico de Jesucristo e impulsa a que otros jóvenes, se decidan por el camino sacerdotal, sobre esto sería muy interesante que intercambiemos experiencias y vivencias y veamos los desafíos y posibilidades en esta dirección.- Sin un testimonio auténtico y vivenciado integralmente, no se hace posible proponer la vocación al ministerio con fecundidad. El P. Cencini nos invitaba cuando nos habló a los Obispos de una cultura vocacional, a llamar a otros a la vocación sacerdotal, pero es indispensable que lo hagamos desde una experiencia profunda y gratificante de la caridad pastoral.
Todos estamos llamados a amar y a sentirnos amados, es la base fundamental del discipulado cristiano en todos sus carismas-ministerio-servicios y particularmente en el ministerio sacerdotal.
- Es hacer la vida desde Dios, con Dios y para Dios.
Ella nos descubre que al primero que debemos servir desde la vivencia de la caridad pastoral, es a la Trinidad misma desde Jesucristo. Esta dimensión trascendente del amor sobrenatural que incluye y eleva y le da calidad al amor natural, es la base y la fuente de todo ministerio apostólico. No puede existir un discipulado auténticamente cristiano sin esta base. De lo contrario caemos en una simple filantropía o en refugio de nuestras carencias afectivas. Es lo que da rectitud de intención a nuestras acciones y las motivaciones más profundas del camino hacia el ministerio apostólico. Nos ayuda a que lo nuestro, no son acciones meramente que buscan una actividad, sino que nacen de un corazón transformado y proceden de alguien que es un auténtico testigo del evangelio, en los términos que nos propone la primera carta de San Juan, y como lo vivió Jesús permanentemente.
Es la formación encaminaba a formar pastores según el corazón de Cristo, y que en el ejercicio de su actividad, entreguen toda su vida por la causa del Evangelio. En este sentido sería bueno pensar en algunos cansancios en el ejercicio del ministerio sacerdotal, cuando en realidad son agobios frente a una realidad no asumida desde sus raíces.
Lo teologal, pues, se transforma en un modo de vivir, en un estilo de vida. La concepción católica del sacerdocio implica una dedicación exclusiva para la evangelización, el Papa hoy lo insiste de una manera permanente y es el eco que tenemos de la tradición eclesial. Prepara hombres que se dediquen plenamente a la tarea apostólica que llevó a cargo Jesús, como la vivieron los Apóstoles y muchos sacerdotes a lo largo de la vida de la Iglesia
La personalidad de Brochero como pastor, es inconcebible sin esta dedicación exclusiva al ministerio en el cual gastó integralmente su vida. Es un perfil sacerdotal digno de ser imitado y de ser propuesto como tal. Algunos testigos dicen que debería ser el patrono de todos los Párrocos del mundo. Su espiritualidad es inexplicable sin este fondo existencial de su vida.
El alma de esta entrega, es su adhesión incondicional a Jesucristo. Cuando le reprochaban con las personas que se juntaba y lo que hacía hasta arriesgar su vida, solía decir. El culpable de todo esto es Jesús, el obró de la misma manera.
La formación sacerdotal, debe estar orientada a crear un perfil del pastor, parecido a lo que fue la figura de Brochero para los tiempos actuales se entiende. Esto constituye un aspecto permanente del ministerio y no algo epocal. Se podrá adaptar y deberá serlo a la nueva época pero sin perder de vista este objetivo básico y fundamental de la vida de todo sacerdocio ministerial. (En este sentido no se compadece con lo que se opina que el ministerio debe ser ejercido por un cierto tiempo. Es difícil a pensar en los intentos realizados, conciliar la visión bíblicas y de la tradición eclesial más auténtica sobre lo que es el ser sacerdotal y su misión).
Vivencia de la caridad en la existencia sacerdotal de Brochero
Brochero vivió intensamente la caridad pastoral. Fue la motivación profunda de su vida y él lo veía porque estaba bajo la bandera de Cristo. Desde el comienzo de su ordenación vivió intensamente esta conciencia. Su llamado está motivado en esta entrega plena y total de su vida.
- Tiene una clara conciencia de ser instrumento de Dios y de la acción redentora de Cristo, como lo expresan numerosos testigos.
Amor de Cristo que lo llevaba a buscar los hombres más descarriados. Es un ejemplo de lo que es el sacerdote secular en su espiritualidad. Toda su vida emerge desde un ministerio integralmente asumido.
Esta caridad lo llevó a Brochero a una donación total de sí. No existía en él ni siquiera un asomo de lo que el Papa habla sobre la “autoreferencialidad”. Todo se orienta al servicio de la vida espiritual de su gente. Sobre estos tenemos innumerables testimonios en la positio.
Se hace todo para todos para llevarlos a Jesús olvidándose de sí, viviendo plenamente la caridad pastoral.
Vinculaba a sus feligreses a su acción evangelizadora y promotora (testimonios). Es creadora de comunión y lo llegaron a amar como un verdadero Padre. (Se advierte esto en la multiplicidad de sus relaciones humanas con diferentes clases de personas y de modo particular con sus fieles).
Ama a sus feligreses hasta identificarse con ellos en su modo de hablar y de ser. Siente un profundo dolor cuando los deja. Primero en los años de su permanencia en Córdoba como canónigo de la Catedral y cuando los deja porque advierte el peligro de su enfermedad.
- Su predilección por los más necesitados. Es servidor de todos, pero tiene una preferencia por los que más necesitan. En esto realiza una opción evangélica no ideológica y esto es muy importante para su ministerio y la inteligencia del mismo. Por eso su actitud no es excluyente.
Siempre se dedicó con mucha intensidad a los pobres-enfermos-encarcelados.
- a) Pobres. Procura ropa y alimentos a los más indigentes. No descuida la limosna y la asistencia aunque buscaba siempre y en lo posible, la promoción de la gente.
- b) Los enfermos. Se nota en la actividad desplegada a poco tiempo de ser ordenado en la epidemia de cólera. Tiene también solicitud por los enfermos que no eran de su Parroquia.
Expuso su vida para poder atenderlos (cruzar vados llenos en tiempos de lluvia, ríos, calor, malos caminos etc.).
Trampa sobre una falsa confesión porque los que la tramaron sabían que Brochero aunque estuviera que andar horas y recorrer leguas, no se negaba cuando lo llamaban para confesar un enfermo.
Contrae precisamente la lepra visitando a los leprosos hasta como dicen testimonios, tomar mate con uno de ellos y así se cree que contrajo la lepra, varios entre ellos familiares suyos procuran disuadirlo de semejante actitud, pero nunca lo lograron.
- c) A los descarriados interponía su mediación ante un arresto, logró llevar a los ejercicios espirituales a varios de ellos que cambiaron radicalmente su vida.
La casa de ejercicios es un ámbito de conversión, se convierten bandidos reconocidos. El encuentro con Santos Guayamas (un luchador que huía siempre de la justicia) se acercó a él y se hizo amigo.
Hombres bandoleros y perseguidos son buscados por Brochero.
Logró que Santos comenzara una vida nueva y sufrió mucho cuando lo ajusticiaron a pesar del indulto que consiguió del mismo presidente de la República.
Cuando lo trasladaron a Córdoba trabajó intensamente con los presos, era como dijimos canónigo de la catedral. Existen cartas dirigidas a los presos, los defendía y lo apoyaba cuanto podía.
- d) Fraternidad sacerdotal. Los sacerdotes, eran objeto particular de su caridad, particularmente con sus vicarios, con quienes trazaba un proyecto de vida, de oración, confesión trato con la gente, actitudes con ellas.
Aparece en las dificultades, cuando había algún conflicto por diferentes situaciones.
- e) Preocupación por la concordia y la paz.
Padeció calumnias y persecuciones. En la dificultad que tuvo con las hermanas esclavas, respetando siempre la decisión de los fundadores y autoridades de las esclavas.
No obstante siempre con sinceridad expresaba sus opiniones respecto a ciertas decisiones con claridad y valentía. Era muy sincero y siempre decía lo que pensaba, no obstante trabajó por la extensión del instituto en la argentina, hay testimonios de las mismas Hnas. esclavas.
- f) Atención a todas las necesidades de su extenso curato.
Se interesó por la promoción integral de sus fieles (educación-construcción de caminos-ferrocarril, correo agua etc.
Por amor a su gente recurre a todos golpea todas las puertas que puede para lograrlo. Es impresionante la cantidad de cartas a Presidentes, gobernadores, legisladores, partidos políticos, personas influyentes (ver el libro de la licenciada de Dennaro acerca de Brochero y el periodismo es asombroso lo que se relacionó este hombre, que llegó a ser conocido en toda la república.
Lo hace no para beneficio personal sino de su pueblo. Viendo todos sus esfuerzos podemos concluir con claridad que para él, evangelizar era llevar la libertad integral diríamos hoy a sus feligreses. Amaba todo lo que su gente necesitaba y buscaba solucionar todos sus problemas.
Quería que su gente viviera acorde con la dignidad de la persona humana.
No buscaba su prestigio personal y no se ataba a los políticos a los que acudía para obtener beneficios para su gente. Siempre obraba como sacerdote (se pueden leer testimonios de los mismos políticos).
Su misión era siempre eminentemente apostólica y espiritual.
En esto era admirable la libertad que tenía con todos evitando todo tipo de amiguismo con la gente del poder, a pesar que mantuvo con varios de ellos y con sus familias una leal y permanente amistad, pero al mismo tiempo le echaba en cara sus ideas liberales y laicistas en tiempo que esto era un poco el pan cotidiano en la argentina, esto sucedía con frecuencia especialmente en lo que se refiere a la educación y la introducción de las escuelas normales que eran laicistas (le tocó vivir una época muy liberal pero nunca se calló, con bromas y argumentos los encaraba sin miedo, pero ellos viendo la obra que realizaba, lo respetaban).
Tenía una intensa autoridad moral por su conducta y dedicación a su gente (esto aparece en la positio y en numerosos testimonios en los periódicos de su tiempo).
Es impresionante y a veces increíble la capacidad de relaciones sociales que tenía y con todo género de persona. Hoy diríamos que aceptaba el pluralismo en su sociedad, sin dejar de dar testimonio de la verdad. Nunca dejó de lado su identidad de sacerdote católico.
Esta caridad se acrecienta cuando se enferma de lepra. Se preocupa por la atención espiritual de su gente. Temor ante la realidad de alejar a la gente con su enfermedad (recordemos que en ese tiempo la lepra era incurable).
Experimenta el alejamiento hasta de los más queridos, el abandono humano. Lo dejaron solo.
El amor a Cristo lo fue preparando para este momento decisivo de su vida.
Su devoción a Cristo crucificado y su Purísima lo ayudaron en este trance difícil y le hicieron vivir la caridad en grado heroico como aparece en su carta póstuma que envía a su compañero Yáñez que era obispo de Santiago del Estero.
Intentamos ahora un esquema sintético de este ámbito de las virtudes teologales:
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- LA PRESENCIA EN BROCHERO DE LAS VIRTUDES CARDINALES.
Las virtudes humanas son actitudes firmes, disposiciones estables, perfecciones habituales del entendimiento y de la voluntad que regulan nuestros actos, ordenan nuestras pasiones y guían nuestra conducta según la razón y la fe. Proporcionan facilidad, dominio y pozo para llevar una vida moralmente buena. El hombre virtuoso es el que practica libremente el bien.
Las virtudes morales se adquieren mediante las fuerzas humanas. Son los frutos y los gérmenes de los actos moralmente buenos. Disponen todas las potencias del ser humano para armonizarse con el amor divino. (CIC n. 1804)
Cuatro virtudes desempeñan un papel fundamental. Por eso se las llama “cardinales”; todas las demás se agrupan en torno a ellas. Estas son la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza “¿Amas la justicia? Las virtudes son el fruto de sus esfuerzos, pues ella enseña la templanza y la prudencia, la justicia y la fortaleza” (Sab. 8,7). Bajo otros nombres, estas virtudes son alabadas en numerosos pasajes de la Escritura. (CIC 1805).
Basadas en la gracia y en las virtudes teologales, es todo el organismo sobrenatural, iluminan y conducen el obrar cotidiano y concreto del cristiano, orientándolo por el camino del bien, encarnando el discipulado cristianos en las acciones concretas y cotidianas de la vida. Y hacen que el cristianismo sea verdaderamente un misterio existencial y concreto, sea una nueva forma de vivir.
Hace en definitiva que la existencia cristiana y sacerdotal sea vivida desde lo cotidiano (praxis cristiana y sacerdotal).
- LA PRUDENCIA
- Discernimiento cristiano de la voluntad de Dios.
El camino espiritual que desarrollamos concretamente, requiere del cristiano una actitud vigilante para poder discernir en medio de las actividades diversas, la voluntad de Dios. La Santidad será siempre una coherencia constante entre la voluntad de Dios y la nuestra, como aparece claramente expresada por Jesús en la oración del Huerto. Padre que no se haga tu voluntad sino la tuya….
Es el misterio constante de nuestra vida, buscar coherencia en nuestro obrar aún en las pequeñas realidades cotidianas.
- Esto comprende siempre conocimiento-amor decisión y acción.
Se trata de analizar con una actitud teologal, lo que debemos hacer precisamente para sintonizar plenamente con la voluntad de Dios, como lo rezamos en el Padre Nuestro.
- Existe pues una especie de “sinergia” entre lo divino y lo humano en cada creyente, una comunicación profunda entre naturaleza y gracia, que nos permite llegar a ser nuevas creaturas en nuestro ser y obrar. Nos convertimos en signos de una vida nueva aportada por el Evangelio de Jesucristo. Por eso Santo Tomás define esta virtud como “recta ratio agibilium”.
Rectitud en el obrar para que construyamos en nuestra vida el REINO DE DIOS. Esta virtud es asumida por la gracia, por consiguiente se trata de un don, de algo gratuito que nos es dado y no simplemente de un voluntarismo humano. Dios siempre nos da las posibilidades para que podamos hacer aquello que nos pide. “Señor dame lo que me pides y pídeme lo que quieras”. La práctica de la virtud nos hace ver que en nuestra vida todo es de Dios y también todo es nuestro.
Por eso aquí tenemos que tener en cuenta lo que dijimos de las actitudes teologales como fuente del obrar para nuestra vida. Se realiza en cada uno de nosotros el misterio de la Encarnación entre lo divino y lo humano, y es lo único que hace posible y realizable la existencia cristiana y sacerdotal en el mundo.
Brochero vive su vida sacerdotal desde la virtud de la prudencia
- Brochero orienta su vida a buscar siempre la Gloria de Dios.
Es notable y constante en los testimonios y en algunos escritos suyos donde aparece con claridad que la fecundidad de sus obras, pertenece a Dios. Es consciente de sus debilidades e incapacidades siendo siempre humilde en sus acciones. Funda el colegio y la casa de ejercicios como lo dice él mismo en el lugar que Dios se lo había indicado.
Siempre aparece en él, esa visión sobrenatural de lo que hace. Es en su vida donde descubrimos su acción virtuosa. En él siempre se realiza una comunión entre naturaleza y gracia que lo hace testigo del Evangelio.
Emprende empresas difíciles apoyándose siempre en la fuerza de Dios. Esto lo estimula en su obrar y le da perseverancia constante en lo que hace.
Lo acompaña y lo ayuda su unión íntima con Dios, su vida de oración.
Lo hace un buscador permanente de la voluntad de Dios. Es la orientación clave de su vida. Como dice él mismo, el niño Dios le había indicado el lugar donde hacer la casa de Ejercicios. Lo mismo en lo que se refiere a la radicación de los Padres Claretianos en su Parroquia, se lo advierte en la larga carta que le escribe al Providencial, cuando éste decide posteriormente retirar a los Padres de la Parroquia.
Preveía-planificaba-decidía con acierto sus planes pastorales. Es notable el cuidado que tiene en este sentido cómo aparece en la positio. Procura conocer bien el territorio de su Parroquia, su cultura, sus necesidades, la realidad de sus fieles. Cuando propone obras, caminos, ferrocarril, lo hace con conocimiento y con sentido realista, (gastos-medios-dificultades-posibilidades reales, etc.) no es un irrealista o un espiritualista irresponsable (hasta dibuja los croquis de las obras propuestas). Planeaba bien el futuro de su curato, evaluando las particularidades del lugar. Su preocupación por el ferrocarril y la educación, particularmente la educación de la mujer, y funda la escuela de niñas que llegó a ser muy importante. Se preocupa de las familias.
Dígase lo mismo sobre la práctica de los ejercicios espirituales para cambiar los corazones. Tiene un increíble sentido práctico y una intensa lucidez. Cuando busca a Santos Guayana procura adquirir los medios para cancelar su deuda y conseguirle un empleo digno.
Adaptación admirable a su cultura
Pienso que este es uno de sus aspectos destacados. Lo hizo de tal manera que se adaptó a su lenguaje que llegaron a pensar que era un hombre mal hablado (diríamos hoy un boca sucia). Se han realizado estudios en este sentido y se ha llegado a la conclusión que fue un modo de acercarse al lenguaje de sus serranos, la mayoría de los cuales eran pobres y analfabetos. Durante el proceso hubo que trabajar este aspecto que escandalizaba según mi parecer a gente distante de nuestras tierras y que con frecuencia ignoran como es nuestra cultura latinoamericana y las serranas en particular, sería interesante ver lo que harían hoy en nuestras sierras cordobesas si de repente alguno de ellos fuera hecho párroco en estos lugares, imaginémonos lo que era en tiempos de Brochero donde no existían ni caminos trazados, hoy lo podemos advertir visitando esos lugares que el recorrió a lomo de mula y de a pié…Siempre es fácil opinar desde la distancia, especialmente cultural (ver en el libro de la CEA sobre la carta y los sermones. Hay trabajos de especialistas en literatura que estudiaron a fondo el lenguaje de Brochero y llegaron a la conclusión que su lenguaje era un modo de adaptarse a la cultura de la gente. Recordemos que una de las formas muy expresiva de la cultura es precisamente el lenguaje (recordemos que desde principios del siglo XX más o menos la Iglesia se planteó el tema de evangelizar la cultura e inculturar el evangelio particularmente a raíz de los fracasos misioneros en algunos continentes expresado todo esto por varios misioneros que estuvieron en lugares de misión y comprobaron esta realidad. El Concilio trato precisamente en la G et S. la problemática de la cultura en orden a evangelizar los pueblos de diferentes culturas…).
Demuestra una enorme capacidad para resolver distintas situaciones.
Lo vemos en el estilo que ejercía su ministerio: él mismo cuenta lo que le costaba cuando predicaba sobre la Trinidad, los criollos bostezaban permanentemente, hasta que encontró el modelo adecuado para hacerlo.
Se manifiesta todo esto en la manera y en la metodología que empleaba para llevar a la gente a los ejercicios espirituales primero a Córdoba, luego a la casa de ejercicios construida por él y su gente: recorría toda la región de su curato, casa por casa invitando y llevando a los criollos a los ejercicios. Es algo admirable y que emociona ver como procedía y como insistía una y otra vez a los más remolones que terminaban por ser los propagandistas y apóstoles de esos ejercicios.
Los acompañaba durante la marcha hacia los ejercicios y los iba confesando durante el camino. Si no fuera por los numerosos testimonios, parece algo poco creíble el celo apostólico que empleaba en esas ocasiones, y cuando se enteraba de los que llevaban mala vida, los buscaba de manera particular y a veces hasta peleaba con ellos, en ocasiones, cuando se negaban, sacaba el Cristo que lograba convencerlos.
Les hablaba intensamente sobre la penitencia y la conversión.
Era muy práctico en la administración de los sacramentos particularmente el de la reconciliación.
En la educación cristiana que impartía en el colegio de niñas, valoraba el esfuerzo que hacían y en la vida cristiana les hacía descubrir las faltas cometidas con malicia y las que no lo eran. Educaba con delicadeza las conciencias. Premiaba el esfuerzo de las alumnas. Miraba lo positivo que tenían. Era realmente un hombre que infundía esperanza y alentaba el esfuerzo siempre comprendiendo las distintas situaciones, era un auténtico educador (era maestro en filosofía por la Universidad Nacional de Córdoba). Evitaba cualquier tipo de preferencias por algunas de ellas. Las trataba a cada una como si fuera la única.
Tenía cercanía con no católicos y sacaba provecho para las necesidades de su gente (existen importantes testimonios sobre todo esto).
Tenía mucha alegría y sentido del humor.
Era una personalidad sacerdotal singular, en su sencillez y llaneza serrana expresaba cómo el sacerdocio puede llegar a asumir la personalidad de un hombre y transformarlo.
El sacerdocio era en Brochero “un estilo específico y particular de vida que lo llenaba todo”; como dicen varios biógrafos era fundamentalmente cura en todas las dimensiones de su ser humano. El sacerdocio se había transformado para él en un modo de existir y de vivir. Brochero no era un profesional de lo sagrado, sino y fundamentalmente un testigo de Jesucristo identificado plenamente con el sacerdocio de Jesús y de allí el fruto de su acción apostólica que dura hasta hoy. No es casualidad que a ese lugar se lo denomine hoy Villa Cura Brochero. Muchos curas lo sucedieron pero nadie marco como él. Brochero nació, vivió y existió para ser cura y ese es su título permanente.
Brochero nos enseña con su vida que es posible con la ayuda y la gracia de Dios, emplear plenamente una existencia humana siendo sacerdote ministerial como Jesús.
Es desde ella que tiene sentido la obediencia-castidad y pobreza como radicalidades evangélicas que motivan y dan sentido a la existencia plena de un ser humano llamado a ser sacerdote, pero para esto es indispensable entregar la vida plenamente a Cristo en el ejercicio permanente del ministerio.
Brochero nos enseña con su vida virtuosa y prudente; el sentido profundo que tiene entregar la vida por la causa del Evangelio.
Esto supone vivir plenamente la vocación sacerdotal sin claudicaciones ni mediocridades, sino de verdad. Ser discípulos misioneros de Jesucristo desde el ministerio apostólico sacerdotal.
Por eso la Iglesia pide al sacerdote una entrega total que implica una opción positiva y única por el Señor que trae aparejada renuncias que sólo pueden tener sentido si asumimos integralmente nuestra entrega a Jesucristo y su Iglesia.
Sacerdotes a tiempo pleno. Así nos quiere Jesús. Nuestro estilo de vida implica desde el vamos una profunda conversión a los criterios del Reino sine glossa, asumir las exigencias evangélicas con toda nuestra vida, encauzar las riquezas que Dios nos ha dado en el ejercicio del ministerio apostólico. Es imprescindible dejarlo todo por Cristo y por su Iglesia como lo hizo Brochero. Nos dice con su vida, que esto es posible.
- LA VIRTUD DE LA JUSTICIA.
- Lo justo en el obrar cristiano
La justicia nos manda dar a cada uno lo suyo. Es decir la equidad fundamental que debe inspirar nuestros actos. Es importante para esto conocer las múltiples relaciones que tenemos en nuestra existencia concreta.
- El lugar de Dios-del hombre-del mundo en nuestra vida de justicia.
Siempre en nuestras relaciones, ocupa un lugar Dios mismo. La justicia de cara a Dios es lo que llamamos la virtud de la religión. En ese sentido nuestro obrar debe ser inspirado siempre en una actitud cultual que abarca toda nuestra vida. En el fondo lo realizamos cuando procuramos siempre determinarnos por el querer de Dios en nuestra vida. Lo decimos en el Padre Nuestro: Hágase tu voluntad en el cielo como en la tierra.
Esto determina con claridad nuestro lugar de creaturas, reconocemos la primacía de Dios y a su gloria deben encaminarse todas nuestras acciones. Nuestra vida es importante que esté siempre encaminada hacia el misterio de Dios que siempre nos brinda lo que a nosotros nos conviene. Dios nos ama, es nuestro Padre y todo esto debe determinar nuestro comportamiento.
Con los demás, ahí nuestro obrar debe ser justo (sea en la justicia conmutativa-distributiva, etc.), cada uno debe obrar según justicia y esto constituye uno de los elementos fundamentales de la convivencia humana. Sin acepción de personas, nuestro comportamiento se realiza según esta virtud, teniendo en cuenta la situación y la realidad de cada uno como persona. Hablamos así de la justicia social, que realiza cuando es vivida adecuadamente, la amistad social.
Con el mundo de cara a la naturaleza, usarla según el designio de Dios sobre ellas, cuidarla para que nos sirva, sin corromperla de ninguna manera. Hoy se utiliza mucho cuando se habla del cuidado del ambiente que es tan importante para la vida humana. Es importante transformar y humanizar la naturaleza, sin destruirla.
- Estructuras eclesiales y mundanales. Vivimos siempre en medio de estructuras que surgen del obrar humano, leyes , disposiciones que contribuyen al bien común de todos, por eso es tan importante todo el ámbito de lo jurídico, esto vale para el mundo y la Iglesia. Lo importante es que estas estructuras cooperen y sirven para la realización digna de cada persona y la comunidad. Esto contribuye también a la amistad social entre los hombres. No son inofensivas las estructuras en relación con la realización de la humanidad según el proyecto de Dios.
Brochero vive siempre su vida desde la Justicia.
- En primer lugar de cara a Dios. Vive intensamente la virtud de la religión, su vida es un culto a Dios en espíritu y en verdad. Su vida impulsada por el proyecto teologal expresará como todo lo que realiza está siempre orientado al cumplimiento de la voluntad de Dios. Por eso en su obrar aparece siempre el discernimiento de esa voluntad santa. Su vida sacerdotal no puede entenderse sin esta actitud básica y orientadora que lo hace buscar y realizar todo buscando la gloria de Dios. Esto lejos de alejarlo de su actividad concreta, lo lleva a emprenderla con mayor intensidad y energía. Esto potencia y explica el intenso esfuerzo pastoral del Cura Brochero. Siempre está en la base de todos sus proyectos. Por eso decimos que por encima de todo, un hombre de Dios.
- Dios es el único absoluto de su vida. Como consecuencia de lo anterior, la dimensión trascendente determina toda su existencia. Esto es lo que da sentido profundo a su libertad, el que vive de cara a Dios, es verdaderamente libre. (Es para la libertad que nos liberó Cristo, nos enseña la carta a los Gálatas, y allí está la fuente de la equidad fundamental con todos los demás, con sus fieles en Brochero. Es realmente un hombre justo.
- Sin acepción de personas. Sus relaciones humanas, están siempre orientadas por la práctica concreta de la justicia, no se deja llevar simplemente de los sentimientos o determinadas amistades particulares. Por eso veíamos la sinceridad en su obrar. Le importa, lo que Dios piensa de él, más de lo que piensan los demás. Por eso en su obrar advertimos el respeto y la delicadeza que tiene con las personas que trata, y al mismo tiempo vive de cara a la verdad, sin la cual no es posible vivir auténticamente la justicia.
- En esa orientación defiende el derecho de los feligreses. Existen muchos episodios en su vida relatados por los testigos que aparecen en la positio.
- Siempre agradecido. Todas las personas que colaboran con él, reciben su gratitud, tanto con los que lo acompañan en sus obras, como aquellos a quienes solicita ayuda para su curato, sean políticos, gobernadores, legisladores u otras personas que colaboran con su tarea. La gratitud es una de las características del corazón grande del cura. Todos lo que lo tratan advierten este respeto y benevolencia con todos.
- Respetuoso de la verdad. No puede haber justicia sin verdad. Por eso en su existencia práctica lo que llamamos la corrección fraterna, defiende el derecho de los otros y los suyos propios, es notable sus cartas a las autoridades eclesiásticas en este sentido. El vive una obediencia adulta, como lo veremos, diríamos que Brochero es obediente que es una virtud pero nunca obsecuente, no busca quedar bien ni siquiera con sus superiores en la Iglesia y siempre está del lado de la verdad. Qué actitud importante en el ministerio sacerdotal la transparencia en el obrar y evitar actitudes mentirosas o simulaciones que empañan siempre las relaciones humanas, aun dentro de la Iglesia misma. Por eso cuando tiene que testificar sobre la vida de un sacerdote, como sucedió, lo hace buscando ser justo y verdadero, aunque esto pueda no caer bien a algún colega.
- Es fiel a sus amigos. Llama la atención, particularmente leyendo sus carta, la capacidad de relación que tenía, y la cantidad de amigos con los que mantiene siempre una actitud respetuosa y al mismo tiempo cálida. Era en ese sentido un auténtico pastor y sabía utilizar los bienes de la amistad en la vivencia de su comunidad. Era respetado y querido por todos, suscitaba siempre actitudes de respeto con su persona, tuvo dificultades como sucede siempre en la existencia humana, pero no era rencoroso. Existen testimonios de cómo buscaba que lo perdonaran, incluso cuando el culpable de la situación era el otro. Pero él decía entre cristianos no podemos guardar rencor. Es un tema importante para conversarlo muchas veces entre los clérigos, no reina esa capacidad para la reconciliación que es tan importante para la auténtica convivencia humana incluso en el interior de la Iglesia. Brochero cultivó intensamente la amistad, con un estilo amable y cercano como lo podemos ver en sus cartas y en los testimonios sobre su persona, un ejemplo es su relación con Santos Guayama. Aquí aparece un elemento importante de su caridad pastoral.
- EXISTENCIA SACERDOTAL VIVIDA DESDE LA FORTALEZA.
Se trata de la virtud que nos ayuda a asumir las diferentes dificultades de la vida, y la necesidad de esforzarnos en el camino de la vivencia ante los desafíos que nos plantea la vida, y que se nos pide esfuerzo sincero y perseverante para realizar siempre el bien.
- Perseverancia y fuerza en el obrar en la existencia cristiana sacerdotal.
Practicar siempre el bien honesto en nuestra vida, no ha sido, no es y no será fácil. La lucha para mantener el ideal emprendido que siempre implica desafíos y gozos, supone una constante perseverancia y tenacidad en la consecución de cualquier vocación cristiana.
Este es un tema sobre el que tenemos que conversar, porque es aquí donde aparecen los fracasos y las claudicaciones, nuestras miserias e incluso pecados, en el camino emprendido. Es importante tener un espíritu de lucha, para mantenerse fieles, fundados ciertamente no en las propias fuerzas sino en la ayuda de la gracia, que nos socorre con la virtud de la fortaleza.
Hoy sucede con frecuencia en todos los estados de vida que significan permanencia, estabilidad y la dedicación de la propia existencia. Es todo el mundo de las crisis que siempre están presentes en nuestra vida. Es uno de los sentidos evangélicos de seguir la senda estrecha y que aparece con fuerza en la subida de Jesús hacia Jerusalén, donde Lucas propone el camino del discipulado. Seguir a Jesús es estar dispuestos a soportar numerosas dificultades, sucedió con los mártires cristianos, que a veces tenían que elegir entre la fidelidad a Jesús o la preservación de la propia vida.
- El sentido de la eficacia evangélica en nuestra vida.
Recuerdo que Mons. Uriarte nos decía en un encuentro brocheriano de sacerdotes, que el joven busca el éxito, sólo después de los cuarenta se busca la fecundidad y a partir de los sesenta sólo la fidelidad.
En el camino cristiano más que el éxito, es importante la fecundidad y sobretodo la fidelidad a lo que hemos prometido al Señor. No podemos medir nuestra vida cristiana sólo con los resultados eficientes de nuestra vida que podemos contabilizar. Es importante formar a los sacerdotes en la fidelidad evangélica. En ese sentido cuando la crisis es asumida evangélicamente siempre es positiva y hace crecer al que se forma para el sacerdocio. Mañana tendrá que ser precisamente el que acompañe a los fieles en perseverar en los compromisos de un estado permanente y no aconsejar como a veces sucede con un poco de frivolidad, que se busque otras situación que significa romper con los compromisos contraídos de cara al Señor. Esto es conveniente reflexionarlo y meditarlo porque es de mucha actualidad para todos los estados de vida permanentes y por supuesto en el ministerio apostólico.
- La verdadera fecundidad del obrar cristiano en el mundo y en la Iglesia.
En la sociedad competitiva y eficientista que vivimos, es un desafío para los cristianos no dejarnos contagiar fácilmente de los balances empresarios, de los resultados económicos y de todo orden que parecen augurar a mucha gente, el paraíso terreno.
Muchas veces se ha dicho a lo largo de la tradición cristiana, que Dios no nos pide el éxito sino la fidelidad y esto es muy importante. Es peligroso cuando en un proyecto pastoral planificamos y obramos como si la Iglesia fuera una empresa. Hace poco el Papa Francisco a denunciado esto como una de las tentaciones de los agentes pastorales.
Es cierto, como lo hemos expresado más arriba, que es bueno planificar la acción pastoral y que el mismo cura Brochero lo hacía cuando analizamos la virtud de la prudencia, pero otra cosa es pensar que nuestro obrar supone siempre el éxito. El fracaso es una de las posibilidades de la tarea apostólica, y si no veamos como terminó nuestro Maestro, en la Cruz. Es importante formar a nuestros seminaristas en el sentido de la verdadera cruz cristiana, sin confundirla con una especie de masoquismo o con realidades que son frutos de una total improvisación. Pero es muy importante quizás hoy más que nunca educar en lo que significa la fidelidad y la fecundidad apostólica en la Iglesia.
BROCHERO VIVE SU SACERDOCIO DESDE LA VIRTUD DE LA FORTALEZA
Cuando uno observa y lee largamente y medita todo el trabajo pastoral de Brochero, queda admirado de la fortaleza extraordinaria que este hombre tenía. Su vida de familia, su seminario y luego su actividad como Párroco están muy lejos de una vida fácil y superficial y llama la atención como sabía enfrentar con tanto empeño y perseverancia todos los contratiempos de su vida. Apenas llegado a su curado, nadie estaba para recibirlo y él mismo relata que al principio no sabía por dónde comenzar y lo que tenía que hacer. Comienza a relacionarse con paciencia con los vecinos y de este modo va entrando con su gente respetando sus ritmos.
- Pastor lleno de fortaleza. Es algo admirable en este sentido y yo diría que es un de las virtudes características del cura gaucho. Un testigo decía “Es un hombre abnegado y capaz de hacer cualquier sacrificio para hacer el bien” (varios testimonios en la positio).
Y esto aparece de manera particular en el ejercicio de su ministerio donde tuvo que enfrentar incluso el peligro de muerte para realizar su tarea. (Recordemos la confesión falsa) y algunas gentes difíciles que encaraba incluso a riesgo de su vida. Era una época en que existían en el lugar de su parroquia mucho bandidaje de toda especie, gauchos armados, montoneros luchadores etc. Y el justo encaraba precisamente a esa gente (pensemos nuevamente en su actitud con Santos Guayana).
De manera intensa en la atención a los enfermo, allí no lo detenía ni las inclemencias del tiempo, ni los ríos y vados peligrosos, ni la distancia, ni la situación en algunas ocasiones de su misma salud. Se narra por testigos que tuvo que ser operado de las nalgas, por las muchas horas que tenía que andar con su mala cara (su mula que así se llamaba) y en algunas ocasiones asistió a enfermos subiendo a la mula con la herida. Frente a un enfermo no se detenía ante nada. (Es un tema para analizar con nuestros sacerdotes hoy).
Su finalidad era llevar los hombres a Cristo y para esto, nada lo detenía. Existen sobre esto numerosos testimonios. (Ver en la positio).
- Magnánimo y emprendedor de obras grandes. Llama aun hoy la manera como emprendió obras gigantescas. Emprendió con toda decisión la evangelización de un curato bastante extenso Siempre lo hacía movido por la gracia (era un hombre según el Pneuma, en el pensamiento paulino).
Confiaba mucho en Dios y sus serranos, nunca se le sintió que se quejara de su ignorancia y su laboriosidad no siempre intensa precisamente. Respetaba y quería a sus serranos como eran y los ayudaba a progresar y superar sus dificultades.
Es notable su trabajo en el colegio de niñas y el esfuerzo que ponía en que fueran bien educadas contribuyendo él mismo a su educación integral y cristiana.
- Perseverante y paciente. Una de sus características también fundamentales, no se desanimaba especialmente cuando organizaba las tandas de ejercicios, y como vimos, cómo encaraba las invitaciones y el acompañamiento de las personas que los hacían y al que no iba seguía invitándolos con toda paciencia, hasta que lograba su objetivo, lo hacía con dulzura y bondad.
Conoce bien su ambiente, lo asume y lo ama, pone su corazón en la tarea apostólica. Y tiene mucha paciencia y perseverancia a pesar del incumplimiento de algunos políticos (especialmente en lo que se refiere al ferrocarril entre Soto y Villa Dolores, que juzgaba indispensable para el progreso de la zona.) Es notable la integración del progreso material en el ámbito de la evangelización.
Con sólo ver una carencia de su gente, esto lo motivaba inmediatamente a poner todo su esfuerzo para solucionarlo.
Demostraba siempre en su obrar un extraordinario espíritu viril. No obstante, su tenacidad apostólica carecía de rasgos de dureza. (El Papa recomendaba a los jesuitas predicar siempre con mucha dulzura y bondad, evitando los retos y actitudes duras…) y eran tiempos en que los curas sermoneaban y retaban mucho a la gente. He conocido curas valiosos que no obstante creían que retando a la gente la iban a convertir, y he visto también el dolor de muchos que los escuchaban y venían a quejarse a veces conmigo.
Tenemos que darnos cuenta, que nadie se convierte a los gritos y retándolos, sería interesante ver los consejos que Don Bosco brindaba a sus sacerdotes como educadores de la juventud y lo mismo dicen de San Felipe Neri. Conozco a gente que se retiraba molesta de algunas predicaciones. Miremos la actitud paciente de Jesús en el estupendo diálogo con la Samaritana. El Papa hoy atrae a mucha gente por su mansedumbre-humildad y dulzura.
Todo lo informaba su caridad pastoral, tenía una marcada docilidad al Espíritu y se lo nota durante su enfermedad de lepra.
Era realmente un pastor bondadoso, quería a las personas, por eso las evangelizaba en su corazón. Recomendaba a sus vicarios que fueran muy misericordiosos y bondadosos en el confesonario.
Su vida sacerdotal estaba marcada por el pastoreo, su sacerdocio era un testimonio del amor de Dios por los hombres, tenía un corazón paternal, no paternalista, lleno de mansedumbre y de misericordia, algunas predicaciones que conservamos de sus ejercicios lo demuestran.
El Papa Francisco decía que la Iglesia debe asemejarse a una gran tienda de campaña que está llena de heridos y esto es importante particularmente en la sociedad que vivimos, donde existe tanto sufrimiento.
Una de las tarea fundamentales del sacerdote es saber consolar a tanta gente dolida por distintas circunstancias de la vida (pensemos en tantas madres que sufre por sus hijos atrapados por la droga, la gente pobre materialmente, los que sufren los escándalos de la sociedad y también de la propia Iglesia, etc. Lo advertimos en el Papa cuando propone situaciones que son serias para el matrimonio y la familia, quienes tenemos ya muchos años de sacerdocio que como Iglesia y pastores no podemos mirar hacia otro lado, es lamentable en este sentido algunas críticas al Papa porque quiere considerar estas situaciones. Esto lo llevo a convocar un sínodo extraordinario para las familias, mandar a los Obispos un cuestionario y el tema del sínodo ordinario de 2015 tratar el tema de la familia. Como el cardenal prefecto de los Obispos, el Papa está proponiendo nuevos caminos pastorales para la Iglesia que a mí entender son absolutamente necesarios si tenemos en cuenta el mandato de Cristo a los Apóstoles).
Brochero es un maestro de consolación.
- LA VIDA CRISTIANA Y SACERDOTAL VIVIDA DESDE LA TEMPLANZA
- Tensión permanente de la vida cristiana, realizada en múltiples relaciones.
Nuestra existencia siempre supone convivir, compartir, la relación con la naturaleza, los bienes, etc. Y en medio de esta pluralidad de relaciones es importante como las enfrentamos y las asumimos en nuestra vida. Es un equilibrio que siempre debemos intentar lograr. Pensemos como lo dijimos hasta ahora, lo que significaba esta realidad en la vida activa y de múltiples relaciones como las del Cura Brochero. Es menester para todo esto contar con una personalidad madura que integre los distintos elementos que condicionan una existencia compleja como la suya.
- El equilibrio para lograr cierta estabilidad ante estas múltiples relaciones.
Hemos visto que las virtudes cardinales son virtudes humanas asumidas desde la gracia. Por eso en esto también es importante un mínimo de madurez humana, algo que no se logra nunca del todo y que implica un trabajo constante y permanente. Es templada, la persona que asume desde su libertad y desde los valores, la riqueza de los componentes humanos. Lo expresamos diciendo, es una persona de un notable equilibrio (no equilibrista que es otra cosa).
- Situación en la relación de los bienes.
Es en esta dimensión que es importante el equilibro, en el uso de los bienes. Frente a ellos debemos evitar absolutizarlos como despreciarlos. Son realidades que proceden del acto creador, transformados por la actividad humana (G. et S. Cap. III) y que son fundamentalmente positivos. No existe desde un sano humanismo, el mal metafísico. Es importante la dimensión ética con el que lo asumimos. (Frente a la absolutez de Dios éstos son relativos, pero desde la concepción de la creación y desde la providencia, mirada desde la fe, tienen su valor propio (G. et S. N. 36) no tienen valor solamente mirando desde su fin si no que tienen una dimensión valorativa propia, los bienes no son despreciables, todo dependerá de la dimensión ética como el hombre los utilice. (Recordar el principio y fundamento de San Ignacio. Aquí a lo largo de la historia han desequilibrado el juicio los extremos frente a los bienes, donde debe incluirse el dinero mismo).
EL TEMPLE DEL CURA BROCHERO
- La templanza en su vida sacerdotal.
Llevó una vida austera y sobria que no lo privó de su dignidad. Usó de los bienes con moderación. No tuvo un afecto desordenado por las cosas que usaba y poseía. Tenemos en la positio varios testimonios sobre esto. Es el intento permanente que notamos en el estilo del Papa Francisco.
Moderado en sus comidas, pedía siempre a sus fieles moderación y sobriedad. Su presencia en las fiestas eran garantías de respeto y orden (signo de su testimonio conocido por todos).
Es interesante conversar sobre todo esto entre nosotros, ya desde el momento formativo es indispensable inculcar este estilo en la vida concreta de los seminaristas, que no vivan a merced de las modas actuales en todo sentido y que no vivan pendiente del último adelanto en la telefonía celular y en la computación. Hoy advertimos cierta “adicciones” que se crean en este sentido y que alteran la vivencia del recogimiento, del trato fraterno directo, de lo que significa asumir los momentos de soledad en la vida que si se los vive equilibradamente, maduran a la persona y la ayudan a conocerse más a sí misma evitando las evasiones que producen hoy el uso indiscriminado de las redes sociales. Es un tema delicado y que es indispensable que como formadores se lo planteen. Es interesante constatar en los mismos laicos cristianos, cierta ascesis que se imponen e intentan educar a sus hijos en esta dirección.
- Mortificaciones personales.
Este es un tema del que hoy es difícil hablar. Hemos pasado de ciertas penitencias exageradas y con cierto valor masoquista, a independizarnos de toda forma de mortificación buscada voluntariamente y que ayuda a orientar nuestras tendencias instintivas. Tema para conversar por supuesto. A veces esto se lo procura justificar con una manera de interpretar la renovación conciliar. Forma parte de la ascesis, indispensable para vivir desde las virtudes el estilo cristiano sacerdotal de vida. He visto el abandono de los signos sacerdotales, reemplazados por ropa de lujo y zapatillas caras para justificar un cierto llamado “aggiornamento” para penetrar mejor en los ambientes juveniles y de hoy como lo he escuchado en ciertas justificaciones. Creo que es algo importante.
No se puede eliminar si buscamos la fidelidad evangélica, una equilibrada ascesis en esta dirección.
Brochero, con el estilo propio de la época, realizaba ayunos y penitencias personales como medios para impetrar la misericordia de Dios. (Ver testimonios).
La inculcaba particularmente en los ejercicios espirituales (existen en la positio testimonios conmovedores, muchos ejercitantes llegaban espontáneamente a imitarlos).
- Sacerdote manso y humilde de corazón a ejemplo de Jesús (testimonios en la positio).
Tenía un carácter manso a ejemplo de Jesús especialmente en la atención a los enfermos.
Tenía capacidad de humor expresados por chistes en los momentos oportunos. Esta vida austera y sacrificada no lo endureció ni lo hizo intransigente. A los ejercitantes no les imponía las penitencias que él realizaba pero le daba ejemplos con sus actitudes. Esta actitud la tenía incluso con sus enemigos.
Asumía con equilibro los gestos de humillación (lo podemos ver en la positio).
Tenía clara conciencia que en su vida todo era don de Dios y se sentía sin méritos propios (ver positio testimonios).
Por su humildad rechazó la posibilidad de ser Obispo de Córdoba. (Decía que era ignorante y que carecía de méritos y de virtudes para semejante ministerio…) Es increíble leer lo que dice al Presidente de la República que era su amigo, que por favor lo sacara de la terna).
Es notable como aceptaba a fondo su propia verdad. Es importante que esto no tenía nada que ver en lo referente a la autoestima, a la justa autovaloración. Era consciente de sus cualidades.
Pero sabía con lucidez que eran don de Dios.
- LOS CONSEJOS EVANGÉLICOS
Estos expresan la radicalidad del Reino, y el espíritu de los mismos deben ser vivencias en el discipulado cristiano adaptado al carisma que le corresponde a cada cristiano.
Cuando decimos el espíritu, queremos expresar lo que es fundamental de los mismos y que no significa vivirlos de manera edulcorada. No ha sido positivo que en la tradición cristiana poco a poco se los fue reservando a la vida consagrada, realizando de esta manera un cristianismo de segunda mano. Una especie de clases sociales cristianas.
Hoy volviendo a la auténtica tradición evangélica y apostólica, se recupera especialmente a raíz del llamado universal a la santidad que compromete a todo cristiano.
PDV (números 27 al 30) lo coloca para el sacerdote, llamados a vivir de una manera radical los criterios del Reino expresado principalmente en las Bienaventuranzas.
Desde este punto de vista, los consejos son metalógicos, están por encima de un razonamiento puramente natural, expresan el plus que Cristo vino a traer a sus discípulos expresado de manera muy intensa en Lucas en la subida de Jesús a Jerusalén y en el relato de las bienaventuranzas evangélicas.
Nos parece muy importante vivirlas particularmente en una época secularista, donde se procura acomodar los criterios del Reino a un estado superficial placentero, a fabricar la imagen de un Dios de bolsillo manipulable según la subjetividad hoy muy marcada de cada uno. Creo que esto plantea una de los desafíos más intensos en la formación para el sacerdocio. Es importante no aflojar en lo que constituyen lo nuclear de los consejos y que constituyó siempre la identidad cristiana desde los comienzo. G. Lohfink dice que el cristianismo creó UNA SOCIEDAD DE CONTRASTE, diríamos hoy como una contracultura, que interrogaba a los que lo observaban desde fuera, desde otra óptica.
Es en esta óptica que deben verse los consejos, como una parte constitutiva y fontal del discipulado cristiano, incluido de manera específica el ministerio apostólico. El Papa hoy insiste constantemente con sus gestos y estilo ministerial, en este camino.
Los consejos son expresados generalmente afirmando que son la castidad, la pobreza y la obediencia, en Vita Consecrata, el beato Juan Pablo II los personifica hablando de Cristo Casto, Pobre y Obediente, evitando de esta forma una formulación abstracta.
Pasamos brevemente a considerarlos sin desarrollarlos plenamente y teniendo en cuenta la realidad del cura Brochero.
- LA CASTIDAD
- Proyecto de Dios sobre la sexualidad.
Es indispensable tener en cuenta y unir desde una perspectiva antropológica, la sexualidad humana –con la persona-la naturaleza-el amor y la procreación.
Sólo desde una perspectiva integral podemos ver la riqueza y complejidad de la sexualidad humana, que hoy se la relativiza con la concepción de género y con cierta teoría constructivista de la educación. El hombre sólo se construye a través de sus acciones subjetivas libres, nada prácticamente le viene dado. Es un tema polémico y difícil como lo estamos comprobando en leyes que se aprueban en varias partes del mundo, que ignoran el derecho natural, la naturaleza misma, la realidad substancial de la persona y la elección humana como si fuera un valor casi absoluto. Es importante conversar todo esto entre nosotros.
La castidad cristianamente hablando, como virtud es ante todo un don de Dios, una gracia no una conquista voluntaria del ser humano. Todo voluntarismo en este sentido encierra un cierto pelagianismo que termina al final en un fracaso, fruto de represiones que no encauzan la riqueza de la sexualidad humana en el proyecto de Dios.
- Es una entrega con Cristo la Iglesia vivenciada y potenciada por la gracia y que sólo se entiende desde la perspectiva del Reino. Es algo sobrenatural, que asume lo natural lo eleva y lo dignifica. Está pues, enmarcado en un horizonte teologal de la existencia. Sin el mismo, se convierte en un auténtico voluntarismo pelagiano. Muchos fracasos, provienen de una concepción en esta dirección. Una concepción clara y desde un humanismo cristiano, permite orientar y aprovechar la fuerza de la sexualidad en la realización de la persona.
- Tiene pues en primer lugar y es fundante una dimensión:
- Teologal
- Escatológico
- Eclesiológico
Es importante considerarlas en este orden para evitar opiniones que asignan siempre o un aspecto pragmatista o una actitud idealista y espiritualista.
La Virginidad es una dimensión que es indispensable considerarla en la estructura y en el horizonte de la práctica de la castidad en una dimensión específica, pues también en la vida matrimonial y en la vida de una persona soltera, está la presencia de esta virtud.
La virginidad implica una radicalidad específica, fundada en el testimonio de l vida de Cristo y de la Virgen, podemos decir que esta virtud y estado de vida, es una invención del cristianismo y sólo puede ser considerada desde los criterios del Reino, entra en el ámbito del misterio y envuelve algo metalógico difícil de explicar para aquellos que no consideran los Criterios del Reino de Dios (son los eunucos por el Reino de Dios, que nos habla el Evangelio).
Es importante en la formación educar en todo este ámbito tan rico y complejo pero tan necesario para la vivencia serena y fecunda en el ministerio Es importante conversar todo esto entre los formadores, debido a las características que envuelve hoy a la nueva cultura, esta dimensión para el estado del sacerdocio ministerial. Hoy existen opiniones muy superficiales y frívolas cuando se habla de esta realidad, tomando siempre como ejemplo las claudicaciones que se dan en el ministerio.
LA VIRTUD DE LA CASTIDAD EN LA VIDA Y MINISTERIO DEL CURA BROCHERO
La castidad en Brochero es necesario observarla desde su ministerio y escuchar a los testigos que se expresan con frecuencia de manera no tan explícita sobre una realidad que no es fácilmente verificable desde una mirada desde fuera. No tenemos escritos directos sobre Brochero, expresados por él mismo.
- En Brochero lo descubrimos a través del ejercicio de su caridad pastoral y la intensidad como la vivió, gastando su vida en el ejercicio de su mismo ministerio apostólico. Es indudable que desde aquí el criterio que descubrimos por los testimonios es que vivió su celibato por el Reino de los cielos, como se advierte en su predicación, y en la manera como enfrentó siempre su ministerio, y en la dedicación exclusiva que dedicó a su ejercicio.
- Su trato respetuoso con la mujer que reflejaba un notable equilibrio afectivo, uno descubre que no era ni misógino ni un don juan. Aparece en varias cartas a mujeres con algunas de las cuales compartía una cierta amistad. Establecía con ellas una relación franca y abierta, incluso con mujeres casadas, esposas de sus amigos (puede verse testimonio en la positio).
- Mujeres testimonian que siempre vieron en él a un hombre de Dios. Nos parece importante este rasgo del cura. Amaba desde su celibato sacerdotal y lograba una amistad con la mujer para su tiempo, admirable. Sabemos que este es un aspecto muy importante en nuestra vida sacerdotal.
Con frecuencia podemos incomodar a la mujer cuando con nuestro comportamiento, manifestamos un cierto miedo hacia ellas, casi como si fueran ocasión de pecado, o una confianza excesiva o un aspecto por así decirlo “seductor” que no es siempre claramente consciente. Creemos que con la ayuda de la gracia y con una equilibrada madurez humana como lo demuestran varias figuras de santos y santas en la Iglesia y la de sacerdotes ejemplares, como en el caso que consideramos, que en el fondo siempre el auténtico celibato en una persona normal, es una forma excelente de educarse para el amor que es la clave de toda realización humana. A lo largo de mi vida me he encontrado con sacerdotes que lograron vivir una ternura, una cercanía con la mujer, admirables. Esto hace mucho bien incluso para las mujeres que tratan con sacerdotes en diversas situaciones de su vida, y particularmente en el campo del acompañamiento espiritual y de fe que necesitan y buscan.
Lo nuestro es por un don del Espíritu una gracia y un don que nos hace posible la renuncia al Matrimonio que es una vocación natural de todo hombre y mujer. Cuando conocemos a Brochero y su vida descubrimos un hombre realizado desde su llamada al ministerio. Su consagración plena a Cristo y a su Iglesia y su ministerio apostólico admirable en el que puso todo su esfuerzo y su vida. Su sacerdocio ministerial llegó a ser la razón más profunda de su existencia humana, se encarnó realmente en su vida.
El P. Voillaume dice que es importante que existan hombres y mujeres que nos demuestren dentro de las debilidades humanas, que Dios es capaz de llenar y expresar la vida entregándola solamente y exclusivamente a Dios.
Esto muestra según él, que la vocación de toda la humanidad consiste en encontrarse un día de cara a la Trinidad. Hemos sido creados por Dios y para Dios y, como decía San Agustín, nuestro corazón está inquieto hasta que no nos encontremos plenamente con Él. Es el misterio escatológico, que también brilla en otros estados de vida como el matrimonio y la vida consagrada, que el sentido de la vida plena no sólo de la Iglesia sino también del mundo es la vivencia eterna del misterio Trinitario.
- LA EXISTENCIA SACERDOTAL DESDE LA POBREZA
Como sucede con todo lo cristiano, es indispensable partir de una visión positiva. La pobreza expresada desde la simple renuncia a los bienes o la carencia de ellos es algo negativo. Es indispensable colocarla en otro horizonte para considerarla y ver bien el sentido que tienen los bienes en el proyecto de Dios.
Nosotros creemos en la creación y los bienes que nos brindan son positivos, ellos han sido además redimidos por Cristo. Por eso la renuncia a ellos debe estar motivada en algún sentido por una mirada teologal superadora de los mismos, y por alguien que la vivió, como fue Jesús de Nazaret.
El fruto del trabajo, es una realidad positiva porque surge de la vocación que Dios ha concedido a la humanidad de asumir y dominar la tierra y transformarla, ciertamente no de cualquier manera, sino según los designios del creador. No destruirla contaminándola como sucede hoy. La ecología nos enseña la actitud válida, siempre que no esté ideologizada se entiende como sucede en algunas tendencias hoy. Terminan por poner a los animales y a la naturaleza por encima del ser humano.
El horizonte fundamental sería:
- Dios como el ÚNICO ABSOLUTO PARA EL HOMBRE.
Está expresado de manera profunda en el primer mandamiento de la ley, el del AMOR A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS. Desde este punto, el valor que presentan las cosas siempre es menor y relativo, no se puede endiosar a la naturaleza ni al fruto de la producción humana, como aparece en las Escrituras sobre la realidad de la IDOLATRÍA. (Se puede observar en el libro de la Sabiduría).
- Supone un movimiento de conversión profunda que tiene como tres momentos:
Ante el misterio de Dios, el DESLUMBRAMIENTO, es la experiencia de varias conversiones o de algunas místicas. (Como fue el caso de Santo Tomás de Aquino acerca de lo que él había escrito sobre Dios en su vida, que le parecía paja al lado de lo que Dios le permitió por un instante experimentar algo de la vida eterna…) La de Santa Teresa Benedicta de la Cruz (en el siglo E. Stein). Y otras experiencias de personas que vivieron un proceso de conversión.
- Inmediatamente a esto, el proceso de RELATIVIZACIÓN DE TODO.
Descubrimos que lo que poseemos o lo que experimentamos de cara a los bienes, es relatico (la experiencia de Francisco de Asís, cuando se desnudó ante todos en la plaza de su pueblo, con la presencia del mismo Obispo del lugar, quería desprenderse de todo para asemejarse plenamente e integralmente a Cristo).
- Y un último movimiento que yo llamaría de RECONCILIACIÓN CON LAS COSAS:
Mirar las cosas como Dios las mira, que las creó y las redimió. Es precisamente un compartir una mirada nueva es una reinterpretación de la realidad. (Como lo hemos subrayado en la introducción eclesiológica).
Estas experiencias deben hacerse juntas para evitar cualquier exageración que nos lleve al desprecio de los bienes, como ha sucedido en algunos momentos de la vida cristiana, especialmente en la llamada “fuga mundi”.
“In medio stat Virtus”, decía Santo Tomás, evitando siempre los extremos que terminan ideologizando la visión cristiana de la vida y la existencia.
Aquí encontramos el sentido profundo de la pobreza como virtud cristiana, que debe ser libre como sucede con toda virtud, pues la pobreza impuesta por las estructuras, es lo que se llama MISERIA y no pobreza. Por eso el ser pobre materialmente no siempre por sí mismo es signo de virtud. Esto seguramente, alguna vez, todos lo hemos compartido.
BROCHERO VIVIÓ UNA VIDA POBRE Y ENTREGADA
Brochero vivió la pobreza en este horizonte cristiano, como imitación de Jesucristo, ahí está su secreto.
- Se vació de sí mismo (principal riqueza con frecuencia y que se tiene en la soberbia)
Se vació de sí mismo para hacer plenamente la voluntad de Dios y la búsqueda permanente de su Reino-sin lastres ni ataduras humanas-su única riqueza como tantas veces escuchaba en los ejercicios que recibió, sobre esto hay muchos testimonios en la positio. (Ver el sentido teológico de la pobreza en PDV).
- Se ve en la predicación de los ejercicios, particularmente en la predicación de las dos banderas, el primer escalón es la pobreza contra la riqueza. (aparece en una predicación de Brochero en la plática de las dos banderas y que aparece en la positio, plática precisamente que cuando lo escuchó no sabía que estado de vida iba a elegir, escuchado en la Misa predicar sobre esto, se decidió a ser sacerdote y ya no tuvo ninguna duda. Quería estar bajo la bandera de Cristo.
Donaba la ropa nueva que le regalaban (ver en la positio). Fue pobre dice un testigo, habiendo servido durante tantos años un curato que le podría ofrecer posibilidades en este sentido.
Administraba sus propios bienes pero siempre tenía en cuenta a los necesitados. Era transparente en la administración de los bienes y cuando en un momento alguien lo puso en duda y lo acusó al Obispo supo defenderse con toda contundencia. Siempre administró bien lo que recibía para las obras y daba cuenta de ello por escrito. Lo mismo sucedió con los donativos recibidos para los presos de la penitenciaría de Córdoba. Es interesante ver su testamento cuando se retira en la positio.
Hasta el final de su vida mantuvo la opción por la pobreza (ver testimonios en la positio).
Quiere ser enterrado de una manera pobre, y solicita que le hagan un cajón sencillo y que busquen a alguien que puede beneficiarse por ello. (Ver testamento).
Lo que dijimos al principio al tratar de la pobreza, quiso vivir en serio los consejos evangélicos imitando a Jesús. En esto, no fue alguien que despreciaba los bienes, sabía con las obras que construyó de su necesidad, pero en lo que se refiere a lo personal vivió un intenso desprendimiento.
Siempre se ha discutido en la Iglesia si el sacerdote secular está obligado a vivir los consejos evangélicos pues no hace votos como los religiosos. Pero se trata evidentemente desde una mirada evangélica de una distinción bizantina.
El discípulo que quiere seguir a Cristo particularmente en el sacerdocio ministerial apostólico, imitándolo a Jesús, no puede tomar frívolamente los consejos. Se lo expresa cuando siguiendo la más genuina de la tradición cristiana se expresa diciendo que tenemos ,todos los discípulos de Cristo, que vivir el espíritu de los consejos evangélicos, si queremos asumir los criterios del Reino de Dios, que es indispensable en un auténtico discipulado cristiano. En mi vida he conocido varios laicos con bienes que, incluso en la educación de sus hijos, evitan los lujos innecesarios, en medio de un mundo donde hay tantos pobres, especialmente pensemos en nuestra patria. Y millones de niños que mueren diariamente de hambre en el mundo.
Es un defecto intenso de esta sociedad neoliberal que vivimos donde el éxito económico de un país se mide por el consumo. Juan Pablo II llamaba esta época diciendo que está caracterizada “por la ideología del consumismo”, hace bien y es exigente lo que el Papa Francisco nos plantea en Evangelii Gaudium y que ha suscitado el rechazo de varios capitalistas liberales especialmente americanos, donde incluso lo tratan de ignorante en economía, el vocero ha salido a defenderlo diciendo que la mirada del Papa es una mirada pastoral, no técnica ni científica (como sucede en la doctrina social de la Iglesia, pero si se tiene en cuenta una economía atravesada por una visión ética no puede menos que afirmarse contundentemente lo que el Papa nos dice.) Esperemos que Francisco no sea solamente admirado sino imitado, hay muchos ciertamente que recibieron con aprobación su mirada sobre la economía. Una economía sin ética, es una economía deshumanizada, como lo afirmaba el Concilio en G.et S. La economía debe estar al servicio del hombre y no al revés. Además es importante tener en cuenta LA DESTINACIÓN UNIVERSAL DE LOS BIENES que Dios nos ha dado para todos y cada ser personal de este mundo. Es bueno que reflexionemos detenidamente todo esto para el perfil del sacerdote pastor en nombre de Jesús.
Por eso los cristianos y entre ellos los sacerdotes que lo somos, debemos llevar una vida austera donde se vea con claridad que los bienes han sido dados por Dios al hombre y no el hombre a los bienes.
Hay una afirmación en los escritos de Santa Teresa de Ávila que dice más o menos así: “para hacer oración verdadera es menester ser libre de bienes, personas y hasta de la propia honra…”).
- LA VIDA SACERDOTAL VIVIDA DESDE LA OBEDIENCIA.
También en esto es indispensable mirarla desde el proyecto de Dios sobre el hombre y ubicarla y reflexionarla desde la perspectiva teologal de la existencia.
- Es importante lo que Dios ha proyectado sobre la voluntad humana y la vocación de poder dada por Dios mismo a partir de la creación y de la redención.
- Proyecto que lo descubrimos en el plan de Dios en la Iglesia y en el mundo, la relación profunda entre ambos y su fecundidad. Dios ha querido hacer partícipe a la humanidad en la creación y transformación del mundo y le ha dado poder para ello, tanto en la Iglesia como en el mundo. Decía el Cardenal Pironio en el Sínodo de los laicos, “para el cristiano el mundo no es simplemente un lugar sociológico sino teológico…. (El concilio lo ha expresado con profundidad en la LG y en la GS, que supone y se apoya en la Revelación, pensada desde el magisterio extraordinario de un Concilio que tuvo en cuenta la larga tradición eclesial).
- El sentido del poder en el proyecto de Dios. Se trata de que sea mirado desde el mismo poder de Dios que siempre ha sido una actitud de servicio con la humanidad. El poder creador y Salvador de Dios está orientado siempre a la salvación plena del mundo y de la humanidad. Cristianamente hablando todo poder implica un servicio concreto. Como lo advertimos en la más genuina doctrina de la Iglesia y que puso de relieve en lo que dijo el Papa Benedicto en su renuncia al ministerio petrino en la Iglesia. Vio con claridad que ya no podía desempeñar ese ministerio frente a las necesidades de la Iglesia, y con la conciencia profunda de que el Espíritu que guía siempre a la Iglesia proveería generosamente y convenientemente a regalarle a la Iglesia alguien que desempeñara eficazmente el oficio de Pedro que es un servicio a ella.
BROCHERO SACERDOTE OBEDIENTE
- La vivió siempre con espíritu de fe y eso le dio una adultez fundamental a su actitud concreta de obediencia.
- Respondió siempre a las disposiciones diocesanas. Siempre consultó para hacer la voluntad de Dios a través de su Iglesia. (Lo podemos ver en sus cartas al Obispo y a los superiores curiales de ese momento. Ver en la positio). Existen numerosos testimonios en la misma. Frente a su Obispo y sus vicarios y otros integrantes de la curia, se manifestó siempre respetuoso-abierto y sin obsecuencia alguna y cuando el caso lo requiere se defiende de afirmaciones injustas. Con madura libertad exponía sinceramente y humildemente su parecer. Lo hizo como aparece en la positio en situaciones particularmente difíciles. Causa impresión realmente la madurez de su obediencia hecha siempre desde la fe y buscando el bien común de su comunidad y de la Iglesia. Inculcaba siempre lo mismo acerca del Papa y del Obispo a sus feligreses.
- Se manifiesta en su renuncia al curato (ver positio). Cuando le dan el diagnóstico de la lepra, experimenta el abandono de todos por temor al contagio, existen muchos testimonios en la positio a propósito de su enfermedad y de la cura pastoral.
Ante su Obispo siempre asumió una actitud obediente explicando sus razones. Manifiesta siempre su decisión de vivir siempre en comunión con su Obispo. Es un testimonio para sus fieles.
Es importante en la formación inculcar una obediencia que parta de una actitud teologal y madura, es necesario en este sentido la cercanía y el diálogo permanente entre los seminaristas y los formadores.
En esta época nueva se exalta incluso hasta el exceso el rol de la libertad. Es importante asumir lo que hay de justo en este deseo, y dimensionarlo desde la perspectiva cristiana y del bien común de la Iglesia.
Crear en los formandos una conciencia adulta de la obediencia, como docilidad al Espíritu en la Iglesia atendiendo siempre a la dimensión misionera y evangelizadora de la Iglesia.
Cuantas veces los que guían a la Iglesia pueden exigir una obediencia ciega, que impide el diálogo profundo entre formadores y formandos, luego entre el Obispo y los sacerdotes. El Papa actual ha tocado, hablando a los Obispo este tema con profundidad y realismo. Es importante escucharlo con atención y reflexionar sobre todo esto.
Es indispensable formar a los seminaristas en una teología evangélica sobre la aceptación y el ejercicio de la libertad cristiana.
Estoy convencido que la obra de Brochero parte de un cristiano maduro, de un sacerdote que toma en serio su parroquia y a su Iglesia buscando el bien de todos.
Esto lo hizo activo y colaborador de la Iglesia a la que pertenecía y se sentía activo participante de la misión eclesial.
Esto da lugar al que obedece a saber tener iniciativa y no estar siempre esperando órdenes de arriba para ejecutarlas.
Cuantas veces la obediencia que es más obsecuencia que una virtud. Oculta una pereza que da un estado de tranquilidad, que vuelve inoperante la vida sacerdotal.
Siempre, como toda virtud, la obediencia es activa, nos impulsa a sentirnos miembros vivos de la comunidad eclesial que nos ayuda a asumir nuestra participación y a buscar en medio de diferentes situaciones lo que más conviene para la gloria de Dios y la salvación de los hombres.
En la conversión pastoral que nos pide Aparecida, esta dimensión de la obediencia es muy importante.
Actitud que deben tener los formadores en primer lugar, para inculcarla a los seminaristas. El formador tiene que ser un hombre de Iglesia, incorporar e interiorizar los criterios eclesiales, vivir en comunión con la Iglesia local y universal y con el mismo presbiterio al que pertenece.
Palabras de conclusión. Por eso nos parece que en los encuentros sacerdotales es muy importante la presencia de los formadores. Los seminaristas deben ver ese amor a la Iglesia local y universal que viven los sacerdotes encargados de formarlos.
Todo esto descubrimos en las actitudes pastorales de Brochero que hemos ido describiendo siguiendo la orientación de la positio, que la Iglesia asumió y a partir de la cual declaró la heroicidad de las virtudes del Cura.
El fundamento de todo lo encontramos en la transformación cristiana sacerdotal, realizada mediante la gracia y las virtudes.
a.- Brochero, profeta, predicador de la palabra como vimos en diferentes formas se había hecho existencia en él. Por eso descubrimos el sentido testimonial de su existencia sacerdotal, era testigo de lo que anunciaba.
b.- Lo vive intensamente en la celebración de los sacramentos. Sea el bautismo, como en el sacramento de la reconciliación, en la unción de los enfermos, en la celebración del matrimonio, y en la conciencia sacerdotal recibida en el sacramento del orden, y sobre todo en la centralidad concedida a la Eucaristía que celebrara diariamente incluso en sus largos y cansadores viajes a lomo de mula. (Todo esto se puede ver detalladamente y con testimonios numerosos en la tesis del P. Mario Llano que hemos citado.) Él trata de colocar la actividad pastoral brocheriana teniendo en cuenta lo que la pastoral actual enseña en esas cuatro dimensiones de la misma:
La diaconía, la koinonía, la martiría y la liturgia. Todo ciertamente está contenido en la actividad del cura.
c.- Brochero conduce pastoralmente su comunidad. Con un sentido profundo como hemos visto en la caridad pastoral. Esta se transforma en su modo de existir y es la base fundamental de su espiritualidad cristiana sacerdotal. Desde allí descubrimos todas sus virtudes y los dones recibidos del Espíritu Santo.
Es notable después de una meditada y atenta lectura de la positio, cómo en Brochero aparece encarnada la gracia y las virtudes, y que sólo estudiando su vida concreta, su existencia sacerdotal, podemos descubrir sus virtudes. Para los formadores esto es muy importante. Esto nos ayuda, porque nos permite descubrir cómo la existencia cristiana sacerdotal ministerial, transforma la vida concreta de este hombre y lo hace un auténtico testigo del Reino.
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[1] Obispo emérito de Villa María, Córdoba
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[2] Esquema de las Exposiciones.
Introducción | |||
Primera Parte: Momento Eclesial | |||
Roles Institucionales | a. Roles Modélicos | ||
Segunda Parte: Brochero modelo de Pastor | |||
A. Existencia Teologal del sacerdote. I. Brochero y la fe II. Brochero y la esperanza III. Brochero y la caridad pastoral
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B. Vida sacerdotal desde las virtudes cardinalesIV. Brochero y la prudencia
V. Brochero y la justicia VI. Brochero y la fortaleza VII. Brochero y la templanza
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C. Los consejos evangélicos en el corazón del ministerio sacerdotalVIII. Brochero y la castidad
IX. Brochero y la pobreza X. Brochero y la obediencia sacerdotal
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Palabras de conclusión |
En el texto hemos intercalado los aportes de los trabajos en grupos según se han sucedido en la semana.