Organización de Seminarios de la Argentina
SOBRE LOS DESAFIOS DE LA REALIDAD
-
La vida de las personas
La consulta realizada a las Iglesias Particulares en lo que se refiere a la «Vida de las personas» registra una marcada proporción de temas de signo negativo. Los mismos pueden clasificarse en: ausencia de valores evangélicos, sentimientos que revelan alteraciones emocionales, actitudes negativas y situaciones de carencia muy importantes. Sobre el total de temas mencionados por las consultas a las Diócesis, los temas positivos alcanzan sólo al 18 %.
Entre los negativos, los más recurrentes son: sentimientos de angustia y desesperanza (72%), actitudes como el individualismo (64%) y carencias, expresadas en situaciones de inseguridad o violencia (24%) y en menor grado desocupación y pobreza. Entre los temas positivos, la solidaridad resulta casi hegemónica, (el 84 % de las Diócesis han mencionado este tema), y un 10 % de las mismas han señalado a la religiosidad como otro aspecto positivo.
Cuadro Nº 1: Vida de las personas:
Principales temas mencionados por las Diócesis, en %, sobre el total de las tabuladas
FUENTE: Consulta a las Iglesias Particulares. Elaboración PropiaEl análisis de las respuestas formuladas por las Comisiones Episcopales sobre el modo en que la realidad afecta la vida de las personas nos plantea un escenario muy similar al descripto anteriormente aunque algo más negativo. Sólo un 10 % de los temas pueden clasificarse como positivos y la solidaridad es mencionada muy escasamente. Los negativos pueden resumirse en cuatro items: ausencia de valores, situaciones de carencia en lo social, actitudes egoístas y sentimientos de muerte.
-
La Familia
A partir del análisis de las respuestas elaboradas por las Diócesis y Comisiones Episcopales, la situación por la que atraviesan las familias se nos presenta como otro de los grandes desafíos que hoy nos impone la realidad.
De la Consulta a las Iglesias Particulares, surge con absoluta evidencia que las familias están atravesando un momento sumamente crítico, en el que influyen aspectos de índole personal, socioeconómico, cultural y religioso.
Los temas más destacados son la desintegración familiar (mencionado por el 52 % de las Diócesis analizadas); la ruptura de vínculos (16 %), nuevas formas de familia (18 %); la falta de diálogo o comunicación entre los miembros (34 %) y la violencia en el seno familiar (40 %).
Cuadro Nº 2: Familia: Principales temas mencionados por las Diócesis, en %, sobre el total de las tabuladas
FUENTE: Consulta a las Iglesias Particulares. Elaboración PropiaSegún los consultados por las Comisiones Episcopales, la familia está en crisis. Los temas hacen referencia a este fenómeno de diferente modo: «crisis en la vida familiar», «ruptura de los vínculos familiares», «disgregación de la familia», «crisis del matrimonio». Todos aluden de un modo u otro a una situación de inestabilidad por la que está atravesando la familia en nuestro país.
En concordancia con el hecho de definir a la familia en crisis, surgen otros temas que son planteados como problema, a saber: los niños, los jóvenes, y los ancianos.
Los consultados expresan que «los niños, jóvenes y ancianos son vividos como una carga»; «que los jóvenes no tienen proyectos», «que no trabajan ni estudian», «que no tienen capacidad para un compromiso estable», y que «los ancianos viven abandonados en las casas, solos, en las calles o en instituciones geriátricas».
Un elemento a favor señalado por las consultas es que aún con toda esta crisis el argentino sigue siendo muy «familiero».
-
El modo de vivir, estilo de vida o cultura
En la consulta a las Iglesias Particulares el punto referido al «modo de vivir, estilo de vida o cultura», registra sus mayores frecuencias en: el consumismo, el individualismo, la cultura «light», el materialismo y el hedonismo. Con porcentajes muy inferiores, entre los valores cristianos se destaca la solidaridad.
En este aspecto de la cultura, los temas no registran porcentajes tan elevados como en los anteriores debido a la gran diversidad de atributos con los cuales se caracteriza a la cultura actual. Se observan también muchos temas relacionados con ausencia de valores: de compromiso, de diálogo, o de modelos.
Cuadro Nº 3: Cultura: Principales temas mencionados por las Diócesis, en %, sobre el total de las tabuladas
FUENTE: Consulta a las Iglesias Particulares. Elaboración PropiaLa lectura detallada de los hechos más significativos revela nuevos matices. En primer término una tensión entre cultura particular y globalización, en segundo término, ausencia de modelos y proyectos, de valores evangélicos, de ideales, de identidad, de solidaridad, de respeto por la vida. Surge además una caracterización de la cultura dominante como relativista, con un culto a lo efímero, a la superficialidad, a las apariencias, a la vida como espectáculo, a las modas y a las marcas.
Como elementos positivos se detallan: el surgimiento del voluntariado y las ONG, los grupos de autoayuda y la presencia de un espíritu solidario.
La consulta respondida por las Comisiones Episcopales refuerza lo señalado anteriormente por los consultados por las Diócesis.
En los temas se hace referencia a la primacía de actitudes hedonistas, materialistas, secularistas, consumistas, e individualistas. De lo económico, de lo sensorial, de una cultura de apariencias, fragmentada y relativista.
-
La realidad social, económica, política y educativa
A nivel de las Iglesias Particulares, la caracterización que los consultados hacen de la realidad social, económica, política y educativa es una radiografía del estado en que se encuentra nuestro país y pone de manifiesto el cambio de tendencia histórica registrado en la última década hacia una Argentina que excluye a sus miembros expresado en un creciente sentimiento de desamparo en lo económico, en lo social, en lo político y en lo educativo.
Los temas más nombrados por los consultados son la corrupción (60 % las Diócesis la han incluído como tema) asociada fuertemente a lo político pero señalada en muchos casos como «generalizada», la falta de trabajo (54 %), la pobreza creciente (46 %) y la crisis escolar en lo educativo que registra la más alta frecuencia (74 %). Con menores estimaciones surgen la inseguridad (20 %) señalada tanto por las Diócesis más urbanizadas como las de menor grado de urbanización, y la injusticia (14 %). De todos los aspectos, el referido a la realidad socioeconómica, política y educativa es el que registra el mayor índice de temas con signo negativo.
Cuadro Nº 4: realidad social, económica, política y educativa
Principales temas mencionados por las Diócesis, en %, sobre el total de las tabuladas
FUENTE: Consulta a las Iglesias Particulares. Elaboración PropiaLas Comisiones Episcopales hacen una caracterización muy similar en su listado de temas, no obstante incorporan otros de gran repercusión social: la impunidad, la falta de atención a la salud, la explotación irracional de los recursos naturales, la inseguridad social, económica, jurídica y personal.
-
Acerca de la religiosidad
Según surge de la consulta a las Iglesias Particulares, en el aspecto «acerca de la religiosidad» sus temas pueden ser agrupados en dos grandes categorías.
La más representativa, puede ser definida como «actitudes de búsqueda» y está integrada por dos grupos de temas. Uno relacionado más directamente con la vida eclesial y la espiritualidad católica y otro que se refiere a diferentes creencias.
La otra categoría con una representatividad escasa en términos comparativos, hace referencia al secularismo.
Dentro de la primera categoría y del primer grupo se destacan: la piedad popular, mencionada como «religiosidad o piedad popular (64 %), la devoción mariana (18 %), «una búsqueda de Dios», «de lo trascendente», «de lo espiritual» (14 %) y con menor intensidad una espiritualidad católica de grupos y movimientos de oración o trabajo pastoral.
En el segundo grupo se mencionan las sectas (58 %) y la superstición (24 %).
El «secularismo», o el «ateísmo práctico», son señalados por el 18 % de las Diócesis en forma explícita.
Cuadro Nº 5: Religiosidad: Principales temas mencionados por las Diócesis, en %, sobre el total de las tabuladas
FUENTE: Consulta a las Iglesias Particulares. Elaboración PropiaEl aspecto religiosidad es planteado en términos similares por las Comisiones Episcopales que identifican como temas principales al secularismo, a las sectas, a las devociones católicas y a los grupos de laicos con un mayor compromiso en la oración, en la liturgia o en la pastoral.
-
Acerca de la Iglesia
Analizados hasta aquí los aspectos personales, familiares, culturales, socioeco-nómicos y políticos y el de la religiosidad resta presentar lo que los consultados en las Iglesias Particulares han respondido acerca de la Iglesia.
En primer término surge el tema de los laicos. De ellos se señala que en general hay una mayor participación, compromiso, disponibilidad, protagonismo, reflexión, responsabilidad, conciencia y actividad. En algunas Diócesis se habla del «clericalismo de los laicos».
También se hace referencia a las carencias que éstos últimos presentan: falta de formación, falta de capacitación, de unidad de criterios, de líneas comunes, escasa participación en la vida política, etc.
Respecto del clero y la jerarquía, si bien no hay uniformidad de criterios se observa una mayor frecuencia entre los que manifiestan «una mayor apertura». También se consigna una escasez de tiempo, de sacerdotes y de vocaciones.
También se habla de «la Iglesia» calificándola según actitudes. Cuando las causas hacen referencia a una respuesta de la Iglesia a las necesidades de los hombres, se la califica positivamente como «servidora», «renovada», «de puertas abiertas», «misionera», «participativa», «más cercana y familiar», «evangelizadora». En el tema de la unidad se pone más el acento en la «disparidad de criterios», «la falta de unidad de criterios», «las diferencias de criterios entre parroquias».
El otro gran tema que surge es el de la evangelización y la misión, señalados por algunas consultas como «falta» y en otras como «avances o logros»
Las Comisiones Episcopales presentan como temas más destacados el papel del laicado, los consagrados, un núcleo compuesto por formación-catequesis, otro que se refiere a actitudes de los miembros del pueblo de Dios: apertura, acogida, comunión, que se plantean como logros o como carencias según las Comisiones.
Un análisis transversal
Un análisis transversal puede aportar otra mirada comprensiva del conjunto de las respuestas y de la relación existente entre los diferentes aspectos en que la misma fue dividida.
Varios son los temas que atraviesan tranversalmente casi todos los ámbitos.
El primero de ellos es el individualismo. Aparece en la vida de las personas con singular frecuencia, vuelve a repetirse en la familia en actitudes como: «cada uno hace lo suyo», «no hay compartir», etc., que hacen más endeble los vínculos familiares.
Aparece en el estilo de vida como una de sus principales manifestaciones y en la realidad social, económica, política y educativa a través de actitudes como falta de compromiso, indiferencia e individualismo creciente. En la religiosidad como un modelo de religiosidad individualista «hecha a medida» y en la misma Iglesia a través de actitudes individualistas de laicos y clero.
Otro se refiere a la inestabilidad como característica de estos tiempos. Hay inestabilidad emocional a nivel de la vida personal tal como lo han mencionado los consultados directa o indirectamente a través del incremento de las enfermedades psicosomáticas, de los suicidios, etc.
Hay inestabilidad familiar, los consultados lo han expresado a través de la ruptura de vínculos, las uniones libres, a prueba, etc. Hay inestabilidad en la cultura, un día se valora de un modo, otro día de otro.
Hay inestabilidad laboral, un tiempo en un trabajo, otro tiempo en otro o un tiempo sin trabajo y otro con trabajo. Hay inestabilidad religiosa, hay cambio de cultos, o de prácticas pseudoreligiosas.
Un tercero, presente en todos los ámbitos es la solidaridad y constituye además la única línea transversal que logra atravesarlos a todos y ser reconocida en cualquiera de ellos.
Otros son en realidad más sectoriales pero también atraviesan de modo transversal los distintos aspectos de la Consulta; son los referidos a los jóvenes y a los medios de comunicación social.
Los jóvenes son descriptos por los consultados casi siempre como problema: «juventud viciosa», «pasividad de los jóvenes», «jóvenes y droga», «jóvenes y violencia», «jóvenes y cultura light. Se habla de ellos como alejados de la Iglesia: «los jóvenes buscan actividades más atractivas fuera de la Iglesia», «desinterés del joven por lo religioso», «escasa participación de los jóvenes en la vida de la Iglesia», «faltan jóvenes en la iglesia». Una sola mención hace referencia a la necesidad de mejorar la llegada a los jóvenes».
Si bien no tenemos datos sobre la composición etárea de los consultados podemos inferir que se trata de adultos, lo que puede sesgar la valoración acerca de los jóvenes que refleja la consulta.
Los Medios de Comunicación Social son señalados como nocivos, como des-integradores de la armonía familiar, como manipuladores de los valores de la cultura y de las informaciones de la realidad, y han identificado su presencia en el crecimiento de ciertos fenómenos pseudoreligiosos a través del espacio otorgado por los medios.
Otra línea que atraviesa todos los aspectos puede ser conceptualizada como el desamparo. Se la encuentra escondida en muchas expresiones como inseguridad en la vida de las personas, falta de contención en las familias, falta de apoyo en lo político, social o económico, falta de recursos en la salud o educación y que se relacionarían con el crecimiento de la exclusión y el abandono de parte del Estado de muchas de las funciones de protección que históricamente asumió en la Argentina.
Por último, entrelazando los temas que atraviesan todos los aspectos y analizando sus implicancias sobre los demás surge una tercera lectura que puede aportar nuevos elementos que ayuden a comprender el sentido de lo expresado en la Consulta.
En el primer aspecto referido a la vida de las personas se observa que los hombres y mujeres de nuestro pueblo se sienten angustiados, desesperanzados, deprimidos, desorientados, desalentados, desconfiados, descreídos, desvalorizados y con pérdida de su autoestima lo que estaría hablando de un cierto quiebre donde la desesperanza puede trocar en desesperación.
Estas personas que se sienten desvalorizadas no transmiten sus valores porque sienten que están en crisis y su vida es «un fracaso» y tienden a entablar vínculos muy inseguros y transitorios, cuando no a aislarse y encerrarse en sí mismas.
La consulta realizada nos señala que este es el estado general de gran parte de nuestro pueblo. Esta descripción guarda una estrecha relación con lo que se observa a nivel de las familias dónde los mayores se sienten incapaces de trasmitir su experiencia de Dios, sus valoraciones, su historia personal, su experiencia laboral, sus conocimientos, etc., a sus hijos. De allí la falta de diálogo, de educación, de límites y el clima familiar enrarecido expresado en la Consulta.
Por otra parte, quienes sufren una pérdida de autoestima, como señalábamos anteriormente son más propensos a generar vínculos esporádicos y transitorios e incluso enfermos, lo que puede explicar lo que los consultados definen como ruptura de vínculos, desintegración familiar, uniones a prueba, inestabilidad familiar, etc.
Las Comisiones Episcopales hacen una conceptualización que se relaciona mucho con lo expresado anteriormente: «el fracaso de la familia como educadora». Esto es de vital importancia porque el espacio que ocuparon históricamente la familia y la escuela en la transmisión de valoraciones y experiencias de vida ha sido ocupado por los medios de comunicación social ante la crisis de la familia y el deterioro del sistema educativo, como bien señalan los consultados.
Y esto está sucediendo no sólo en las grandes áreas urbanas, sino también en la pequeñas localidades del interior, tal como lo mencionan las Diócesis respectivas. Y no sólo a nivel de las clases medias o altas sino a nivel de los sectores más pobres. con lo cual se puede estar perdiendo la argamasa de nuestra piedad popular.
Congruente con los dos aspectos ya mencionados es lo manifestado por los consultados en lo referido al estilo de vida que parece querer imponerse. El individualismo, el consumismo, el facilismo, el relativismo, la indiferencia, no son solamente un producto de causas externas sino también internas a las familias y a las personas.
Una persona que no ha abrevado en la experiencia de Dios ni de vida de sus padres la busca en otros ámbitos convirtiéndose así en el objetivo de la sociedad de consumo: un consumidor adicto a todo lo que se le muestre. Un ser pasivo y dependiente de la mirada de los demás que como no fue educado en el reconocimiento de sus dones y sus virtudes es un nuevo desvalorizado, que realimenta este estilo de vida. De allí el incremento que los consultados manifiestan encontrar en todo tipo de adicción: drogras, juego, consumismo, alcoholismo, psicofármacos, tarot, libros de autoayuda, etc.
Por otra parte, si la cultura como estilo de vida común surge de las idem-entidades, lo que las consultas reflejan es la falta de entidad como producto de todo lo señalado y de allí la ausencia de identidad a que se hace referencia en muchas de ellas.
La Consulta nos marca una realidad social, económica, política y educativa de carencias. Falta de trabajo, de ingresos suficientes, de políticas de salud, vivienda o educación. Y falta de valores, siendo la corrupción la más mencionada.
La persistencia de la crisis económica y social, o su incremento, no sólo tiene que ver con la deuda externa o la globalización, con la corrupción política o la falta de vocación de servicio de los gobernantes, sino que también hay que encontrarla en lo que se señala a nivel de la vida de las personas y de las familias o de la cultura que van creando un hombre pasivo, consumidor o espectador que retroalimenta las causas que dan origen a los problemas de todos.
Conclusiones
Consultado el Pueblo de Dios a través de las Iglesias Particulares y las Comisiones Episcopales ha expresado, según surge del análisis efectuado, que hay una tensión entre un clima de angustia y desesperanza muy elevado asociadas a un fuerte individualismo y una solidaridad asociada con trabajos en comunidad con otros y con una visión más esperanzada, aún en medio de una actividad en contacto con situaciones límites. Esto es observado tanto a nivel de cada persona cuanto entre los diferentes miembros de la sociedad.
Con respecto a la familia la visión es la de un momento sumamente difícil ya que todas las situaciones enumeradas: desintegración, incomunicación, violencia, hablan de la ruptura de los vínculos, pero también de una necesidad de revinculación que se busca por otros medios, de allí la explicitación de las «nuevas formas de familia».
Como modo de vida, estilo de vida o cultura, los consultados expresan más que nada actitudes individuales, lo que estaría indicando que describen a la cultura dominante con el lenguaje de esa misma cultura, es decir, como resultado de una suma de actitudes individuales y no en el sentido cristiano como resultado de las vinculaciones entre las personas. Mencionan el consumismo, el individualismo, el hedonismo y el materialismo como los más destacados.
Casi no se registran referencias que pongan en valor los esfuerzos en la construcción de la nueva cultura que se está gestando a través de la solidaridad, que atraviesa todos los items, probablemente porque también la solidaridad esté tomada por los consultados como una actitud individual y no como un hecho cultural colectivo de muchos cristianos. De allí que en el aspecto cultura sea mencionado sólo por el 14 % de las Diócesis y en cambio en el aspecto persona su frecuencia alcance al 84 %.
En lo que se relaciona con la realidad la descripción no puede ser más desalentadora. Los consultados han presentado a la realidad socioeconómica, política y educativa a través de los hechos significativos pero puntuales. Al compilar toda la información surge una categoría resumen: el desamparo. Pobreza en lo económico, exclusión y marginación en lo social, corrupción en lo político y crisis y deserción en lo educativo refieren todas a lo mismo: ¿a dónde, a quién recurrir?, más cuando el Estado ha ido perdiendo sus características de protección que había desarrollado históricamente.
Si le incorporamos a este desamparo el quiebre que se observa a nivel personal en muchos, la crisis familiar que no contiene a sus miembros y una cultura que pone el énfasis en lo individual, el desamparo parece agigantarse. Todo esto va a explicar la fuerte presencia de una «actitud de búsqueda» que va a marcar todas las Consultas en el aspecto «religiosidad», más allá de la diversidad y el sentido de las mismas.
En efecto, es en el aspecto «acerca de la religiosidad» dónde la característica más sobresaliente es la escasa proporción que ha tenido en esta Consulta el secularismo y en cambio la elevada proporción de las «actitudes de búsqueda». Esto parecería ser consistente con un sujeto que en lo individual ha pasado de una situación de aparente seguridad y estabilidad, de protección y cobertura de necesidades básicas y de autosuficiencia, a una experiencia de grandes limitaciones.
El quiebre en lo personal, la falta de vínculos que lo contenga en lo familiar, una cultura que lo va enajenando, sumado al desamparo creciente en todos los ámbitos de la realidad económica, social, política, laboral, educativa, jurídica, etc., resultarían congruentes con cierto abandono del secularismo y una vuelta hacia una actitud de búsqueda, aunque esta transcurra en muchos casos en medio de una gran oscuridad.
Quizás en ésta línea, y en este contexto, podría aventurarse, que habría que explicar lo que surge en el aspecto «acerca de la Iglesia». Frente a esta búsqueda muchos encuentran en la Iglesia el punto de inflexión en su curva descendente a través de un principio de respuesta a sus necesidades. De allí que califiquen como positivas los avances en la misión y en la evangelización, en la participación y el compromiso y reconozcan la solidaridad a través de la presencia de Cáritas.
Por ello los reclamos también tienen que ver con fallas en las respuestas a lo que la gente necesita: que lo valoren en lo personal, que lo contengan ante la desintegración familiar, que lo amparen en sus temores frente a la crisis de la realidad cotidiana y que lo acompañen en sus búsquedas.